Tras la contingencia de COVID-19 existe el riesgo de que se incremente la demanda en la atención de enfermedades crónicas, como consecuencia de la suspensión o cancelación de miles de cirugías ante la necesidad de priorizar la atención a pacientes con coronavirus, advirtió Víctor David Arroyo, especialista en sicología clínica y egresado de la Universidad del Valle de México Campus Tlalpan.
Durante la conferencia virtual Rol interdisciplinario de la Psicología basada en evidencia durante y después del COVID-19 organizada por la UVM, el también fundador del Mindful Neuroscience Center explicó que se espera un incremento en la atención sicológica, debido a trastornos conductuales derivados de la situación vivida durante la contingencia en cuanto a temas de salud, economía y educación. De este modo, se abre la oportunidad a la sicología clínica, la sicofisiología y a las neurociencias para contribuir en la adaptación social a una nueva realidad sana.
Explicó que el impacto sanitario de la pandemia de COVID-19 se ha medido en cuatro curvas. La primera consistió en la morbilidad y mortalidad de las personas contagiadas por el virus, la segunda fue el impacto de todos los tratamientos y hospitalizaciones cancelados por la restricción de recursos, la tercera curva se trata del impacto en padecimientos crónicos cuya atención previa fue interrumpida.
Mientras que la cuarta, señaló, es la única que tendrá una duración de cinco a diez años y se consideran secuelas de los elementos conductuales o sicológicos que se han desarrollado, tales como, ansiedad, miedo, depresión y trastorno obsesivo compulsivo, en todos los segmentos de la población.
Señaló que la sicofisiología, la cual analiza el modo en que las actividades sicológicas producen una respuesta fisiológica, estudia y relaciona fenómenos que antes se consideraban producto de la somatización. Actualmente, se sabe que pueden ser procesos biológicos conductuales que generan problemas de gastritis, colitis nerviosas, dermatitis, cefaleas tensionales, desgastes metabólicos, por ejemplo, diabetes o hipertensión arterial.
Respecto a la situación crisis actual se ha observado que síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, cansancio, escalofríos, nauseas, dolor muscular, se asocian tanto a la enfermedad de COVID-19 como de al trastorno de ansiedad.
Ante estas circunstancias, Víctor David Arroyo señaló que la sicología tiene un papel primordial en las Ciencias de la Salud. “Dar prioridad solo a enfermedades de salud infecciosa pone en riesgo la falta de atención en los trastornos sicológicos y con ello tener consecuencias graves en la salud psicológica de la población” dijo.
Expresó que, durante esta contingencia, la sicología se ha convertido en un servicio de primera línea de atención a pacientes y familiares contagiados por coronavirus, así como por el desarrollo del nivel de estrés y de ansiedad que presenta la población por la contingencia.