Una de cada cuatro mujeres y uno de cada ocho hombres tienen incontinencia urinaria

El 56% de las personas con esta condición urinaria postergan o evitan acudir a un especialista

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Cortesía Essity
Lorena Ríos
Bienestar
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Los dos mitos más prevalentes en torno a la incontinencia urinaria son: la incontinencia urinaria afecta solo a las mujeres y que es parte del proceso natural de envejecimiento, lo cuales por supuesto son falsos y generan obstáculos para buscar el tratamiento y protección adecuados. Definida como la pérdida involuntaria de orina, la incontinencia puede ir desde pequeños goteos hasta descargas completas y existen cuatro tipos: incontinencia de esfuerzo, incontinencia de urgencia, incontinencia mixta e incontinencia por rebosamiento.

De acuerdo con la Encuesta “Essentials Initiative” 2020-2021 realizada cada dos años en diez de los mercados en los que tiene presencia la empresa Essentials, revela que en México una de cada cuatro mujeres y uno de cada ocho hombres de todas las edades tienen algún tipo de incontinencia urinaria.

A pesar de que es una condición médica perfectamente tratable, aunado a los mitos que la rodean, el principal reto es lidiar con el problema social que la acompaña. El estigma detrás de la incontinencia supera incluso a los de la menstruación. Es tan marcado que el 56% de las personas que han tenido o tienen incontinencia urinaria postergan o evitan acudir a un especialista porque sienten vergüenza.

Por otro lado, la idea de que la incontinencia es un problema exclusivo de las mujeres hace que los hombres sean menos abiertos a hablar del tema. Aún más, la Encuesta “Essentials Initiative” 2020-2021 revela que, apenas uno de cada cinco hombres busca atención médica.

El efecto de la incontinencia tiene implicaciones disruptivas en la vida diaria de las personas. Es común que muchos opten por pausar actividades rutinarias: 43% de las personas se abstiene de ir al gimnasio, 47% de ir al cine, pero la situación puede escalar a un grado donde incluso 41% dejan asistir a la escuela o el trabajo debido a la incomodidad e inseguridad que sienten.

“A nadie le gusta sentirse acorralado por ningún síntoma, pero para las personas con incontinencia urinaria, buscar soluciones tiene sus propios obstáculos: 4 de cada 10 de los encuestados se preocupan de ser vistos como antihigiénicos o temen ser menospreciados”, afirmó Ivette Medrano, Directora de Marketing de Personal Care de México y Centroamérica de Essity.

“Los prejuicios sobre la incontinencia son una barrera para que las personas identifiquen sus necesidades particulares. Tratar los tabúes es el primer paso. Para ello, hay que romper el silencio. Mejorar la calidad de vida de las personas que viven con este síntoma requiere de alzar la voz y romper los mitos que plagan esta condición”, concluyó.

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