La Comisión Europea pidió explicaciones al Reino Unido sobre su programa de escuchas telefónicas “Tempora”, con el que espió a sus socios en el Grupo de los Veinte.

China dañó su relación con Estados Unidos al permitir que Edward Snowden, huyera de Hong Kong a pesar de que existía una solicitud de extradición.

Presuntos miembros de la insurgencia del Talibán decapitaron a 2 menores afganos de 10 y 16 años en la provincia de Kandahar, sur de Afganistán, acusados de ser espías de la policía y las fuerzas de seguridad afganas.

Barack Obama, presidente de los EUA, criticó a Erick Holder, procurador general, por el manejo de la investigación sobre la agencia de noticias AP.

El presidente venezolano Nicolás Maduro ordenó capturar a Timothy Hallet Tracy, un documentalista estadounidense.

Para los espías cibernéticos respaldados por el Estado ingresar ilegalmente a sistemas de cómputo de compañías extranjeras puede ser altamente rentable.

Por el tiempo político y el contenido, la nota —que no reportaje— del diario The New York Times denunciando presuntas acusaciones contra un general mexicano y revelando que Estados Unidos había intervenido en la designación del jefe de nuestro Ejército se convirtió en el dato revelador de que el gobierno de Barack Obama busca imponernos políticas de seguridad nacional.

Hoy nadie con cierto acceso a la información puede estar ajeno a la certeza de que cualquier ampliación de las operaciones militares en cualquier parte del mundo termina por afectar las dinámicas internacionales; para empezar, las de seguridad.