Hombres acostumbrados a dar opiniones no solicitadas, a explicarte cómo se hace tu trabajo, a agarrarte hasta el pie cuando tú solo les diste la mano, a responder con un “ay, era una broma, ni aguantas nada” cuando te defiendes.

Quien ha visto la esperanza no la olvida. La busca bajo los cielos y entre todos los hombres.

Ese es el título de un libro cuyo autor es otro prestigiado científico social, Gianfranco Pasquino. Editado por la prestigiada Universidad de Buenos Aires (2021), me hizo el favor de obsequiármelo mi querido amigo y colega Alejandro Mújica. Así que en esta ocasión no me referiré a los temas que de común trato en las entregas semanales.

Hace tiempo platicaba con mi jefe, amigo ¡y sociólogo! Gabriel Díaz Rivera sobre la escurridiza naturaleza de la Verdad (así, con mayúscula). Digo escurridiza porque todos recordamos tiempos cuando —aunque no reinaba la cordura— existían ciertos parámetros comunes para la discusión, la reflexión y la argumentación. Hoy, por el contrario, vivimos inmersos en teorías de conspiración, fake news, “otros datos” y toda clase de desinformación.

Sus principales sospechas recaen sobre la presidencia municipal de Tijuana.

Reconoce que sus reformas podrían no aprobarse en este periodo.

“Recursos suficientes para atender complicaciones”.

“Quien hace reír sufre por dentro”.

El exmandatario se estrelló en su helicóptero

Luego de una lucha contra el cáncer

En México el acceso y la utilización de tecnologías es una materia pendiente

Desde hace 247 años, un pueblo del Golfo de México festeja las fiestas de La Candelaria correteando, golpeando o arrojando vasos y cervezas a los toros