Sin duda la disponibilidad y el uso generalizado de aparatos eléctricos y electrónicos permite a gran parte de la población mundial mejorar sus condiciones de vida, pero la forma en que se producen, consumen y eliminan es insostenible: el informe Observatorio mundial de los residuos electrónicos 2020 refiere que solo en 2019 el mundo generó 53.6 toneladas métricas (Mt) de esta “basura”, cantidad equivalente a un promedio de 7.3 kilogramos per cápita.
Los residuos electrónicos contienen diversos aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como mercurio, los retardantes de llama bromados (BFR) y los clorofluorocarbonos (CFC) o hidroclorofluorocarbonos (HCFC).
Solo alrededor de 17% de esos desechos electrónicos se recicla y lo que suceda con el resto puede ser perjudicial para la salud humana.
Daños
Una investigación reciente de la revista científica británica The Lancet encontró que las personas que viven en regiones expuestas a desechos electrónicos tenían niveles significativamente elevados de metales pesados y contaminantes orgánicos persistentes, por lo que abogó por “métodos novedosos y rentables para operaciones de reciclaje seguras a fin de garantizar la salud y seguridad de las poblaciones vulnerables”.
Con el tiempo, indicó la firma, los revestimientos de los dispositivos se rompen y dejan salir los materiales muy tóxicos que contienen: mercurio, plomo, arsénico, berilio, cadmio… Si estos regresan a la tierra y al agua, tienen efectos muy negativos en la salud de la vegetación, animales y personas.
De hecho, el Observatorio mundial de los residuos electrónicos 2020 muestra que el mayor volumen se registró en Asia al generar 24.9 Mt, seguida de América con 13.1 y Europa con doce Mt, mientras que en África y Oceanía se generaron 2.9 y 0.7 Mt, respectivamente.
Europa lidera el ranking de generación de residuos electrónicos per cápita con 16.2 kilos por persona. En segundo lugar, va Oceanía con 16.1, seguida de América con 13.3 y Asia y África están muy por detrás con 5.6 y 2.5 kilos cada cual.
Ciberseguridad
Pero los desechos electrónicos no solo son una amenaza ambiental: también representan un riesgo en materia de ciberseguridad.
Los dispositivos electrónicos que los usuarios desechan en un punto específico deben seguir un proceso de eliminación de datos que no siempre se realiza o que se ejecuta de forma incorrecta, como señala la firma de ciberseguridad Rapid7, lo que significa que cualquiera otra persona que adquiera ese dispositivo puede acceder a los datos que almacena, muchos de ellos privados.
Un experimento que realizó el consultor de ciberseguridad Josh Frantz reveló la cantidad de datos privados y sensibles que los dispositivos electrónicos desechados almacenan.
Para ello, con un presupuesto de 600 dólares, Frantz adquirió 85 dispositivos electrónicos en 31 tiendas de segunda mano de Wisconsin, Estados Unidos, para analizarlos. Así, en 41 computadoras, 27 tarjetas de memoria, once discos duros y seis celulares encontró 214 mil 19 imágenes, tres mil 406 documentos y 148 mil 903 e-mails de donde se pudieron extraer 611 direcciones de correo electrónico, 50 fechas de nacimiento, 55 números de afiliación a Seguridad Social, 19 números de tarjetas de crédito, seis números de licencias de conducir y dos de pasaporte.
Cabe destacar que tan solo una computadora, un disco duro y tres equipos estaban encriptados.
Por su lado, John Shegerian, cofundador y director ejecutivo de la empresa de ciberseguridad ERI, señala que “la tecnología es tan omnipresente que este es un problema social que todos debemos tener en cuenta. Es mucho más grave que solo afectar a su familia o una empresa. Este es un problema de magnitud internacional, que tiene riesgos de seguridad nacional a su alrededor”.
El experto señala que incluso importantes funcionarios en bancos cometen el error de desechar su computadora con información de clientes de toda la firma bancaria y de la empresa.
Por ello Shegerian recomienda que al entregar un dispositivo a un minorista que tiene un programa de devolución o canje el usuario examine y se asegure de que estén usando recicladores responsables. “Se debe comprobar que todos los datos se destruirán antes de que un computador o celular se revenda”, indica.
En tanto, Josh Frantz aconseja que cuando se done o venda cualquier dispositivo electrónico que no se usará más es necesario certificar que toda la información se borró y no se puede recuperar.
Frantz explica que destruir completamente el equipo en lugares especiales mediante incineración o ácido garantiza la eliminación de los datos. Pero sin tener que recurrir a medidas tan extremas, asegura que “normalmente es suficiente” con borrar el contenido del dispositivo en lugares reconocidos con ingenieros calificados.
RECUADRO
Daños a la salud
El mercurio produce daños al cerebro y el sistema nervioso. El plomo potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio. El cadmio puede producir alteraciones en la reproducción e incluso llegar a provocar infertilidad. El cromo está altamente relacionado con afecciones en los huesos y los riñones.
Algunos ejemplos: un solo tubo de luz fluorescente puede contaminar 16 mil litros de agua; una batería de níquel-cadmio de las empleadas en telefonía celular, 50 mil litros de agua; mientras que un televisor puede contaminar hasta 80 mil litros.
Fuente: National Geographic