Tenemos derecho a la verdad; como sociedad tenemos derecho a una buena administración pública porque la pagamos con nuestros impuestos.
Por eso es fundamental que hablemos de lo que sucede en el Senado de la República para nombrar a los dos comisionados que le hacen falta al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Este instituto es importante para México porque sin transparencia se alimenta la corrupción; porque sin información el ciudadano, como usted y como yo, perdemos poder en el mapa de la democracia; y es importante porque el INAI es el instituto garante (al menos en teoría) de proteger nuestros datos personales.
Ya se realizaron en las Comisiones Unidas de Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana y de Justicia las entrevistas virtuales para evaluar a 38 aspirantes. Se requirió la selección de diez finalistas, cinco hombres y cinco mujeres, para posteriormente pasar esta decisión al pleno de la cámara alta.
Este tema requiere mayoría calificada, es decir, el apoyo de las dos terceras partes del pleno.
Importante subrayar que por mandato constitucional le corresponde a la cámara alta cumplir con su obligación de hacer estos nombramientos. Se trata de una de las facultades más relevantes del Senado, la de ser el órgano responsable de ratificar a servidores públicos e integrantes de órganos colegiados.
Andamiaje
Es también importante establecer que a la sociedad mexicana sí le interesa la transparencia, la información. En 2019 se ingresaron más de 279 mil solicitudes de información pública. El INAI resolvió más de 15 mil medios de impugnación en materia de acceso a la información y recibió más de 700 medios de impugnación en materia de protección de datos personales. Que no se diga que a los mexicanos no les importa auditar a sus servidores públicos. Es por ello que el INAI debe estar bien articulado, con un pleno completo, plural, con comisionados preparados y a la altura de las circunstancias para defender el andamiaje normativo que ya tenemos en esta materia.
Sin transparencia no podremos aspirar a una verdadera legalidad, objetividad e imparcialidad.
Las sillas vacías del INAI son sinónimo de opacidad y cada día que transcurre sin el nombramiento de los dos comisionados faltantes representa un obstáculo en el engranaje de nuestro sistema anticorrupción.