HIDALGO Y COAHUILA, UNA LLAMADA A TIEMPO PARA LA 4T

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Columnas
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Contra todo pronóstico el PRI se levantó con el triunfo en Hidalgo y Coahuila en una jornada electoral ejemplar en términos de civilidad política.

La capacidad de yerro por parte de encuestadores y orientadores de opinión quedó exhibida con el resultado: las tendencias de intención del voto fueron rebasadas por la realidad.

El resultado se traduce en un mensaje a tiempo en particular para el ciudadano presidente y la 4T, junto con quienes la impulsan en general, en el sentido de que no todo está bien.

Sin duda la percepción de la urgencia de un cambio de rumbo no es generalizada en el plano nacional, aunque no por ello deja de ser mayoritaria al tiempo que situaciones como los efectos de la pandemia, la inseguridad y la economía juegan un rol importante en la determinación del electorado.

Una cosa es el plano general de la política a nivel nacional y otra el espacio limitado, territorialmente hablando, de un municipio o una circunscripción electoral donde el contacto directo con la ciudadanía y el conocimiento de los candidatos tiene un mayor peso entre el electorado.

En este sentido es más que claro que Morena debe ajustar el derrotero del proceso electoral y tomar conciencia de que sus candidatos de ninguna forma pueden apreciarse como seguros ganadores. No van en caballo de hacienda.

De ahí que ante el resultado de Coahuila e Hidalgo se haga necesario que Morena ponga especial atención en la selección de candidatos para consolidar sus posibilidades de triunfo a partir de aspectos tan elementales como su reconocimiento local y nivel de credibilidad.

Ave fénix

Concluida la jornada los números no dejan lugar a duda más allá, por supuesto, del pataleo y las eventuales impugnaciones. El ave fénix tricolor resurgió de entre las cenizas.

En Coahuila arrasó al llevarse carro completo con la conquista de las 16 diputaciones locales, en tanto que en Hidalgo los candidatos del PRI se llevaron el triunfo en 32 de los 84 ayuntamientos, entre ellos Pachuca y Mineral de la Reforma, mientras los de PRD, Morena y PAN ganaron siete, seis y cinco, respectivamente.

Un ejercicio comparativo con el proceso electoral de 2016, cuando el PRI solo ganó 22 alcaldías, muestra que la jornada del pasado 18 de octubre representó una clara recuperación. A su vez Morena, que aquel año solo ganó en Hidalgo un municipio, creció de manera sustancial pero desafortunadamente no se concretó el avance de la 4T que muchos esperaban.

En el fondo, frente a la numeralia, se aprecia que el gran perdedor es el PAN y sus candidatos, con lo que de manera preliminar puede anticiparse que la gran disputa en la elección intermedia de 2021 se dará entre PRI y Morena.

En el plano personal Alejandro Moreno Cárdenas se alza como ganador, en tanto que Alfonso Ramírez Cuéllar cargará con el peso de la primera gran derrota de Morena.

Por su lado el presidente Andrés Manuel López Obrador desde la perspectiva institucional se congratuló por la civilidad y paz con que se realizó la jornada electoral, así como por la participación ciudadana.

En el fondo, sin duda, lo que comienza a quedar claro en el panorama general es que una contienda sin López Obrador en la boleta y en plena campaña para Morena no es lo mismo que una en la que participa él, como la histórica de 2018, en la que el triunfo de muchos candidatos en los planos municipal y de distrito electoral se debió al fenómeno López Obrador.

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