FANATISMO ADULTO

“Una sensación adicional de continuidad”.

Daniela Suárez
Columnas
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¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.

Simone de Beauvoir

Envejecer puede ser una tarea difícil. Muchas veces la vejez no se percibe como algo positivo, sino como algo que conlleva impedimentos. A medida en que los años aumentan, la salud decrece. El rango de posibilidades de hacer las mismas cosas que se podían hacer antes disminuye y tanto el cuerpo como la mente empiezan a fallar.

Lo mismo sucede con el fanatismo: en la medida en que crecemos hay ocasiones en las que se espera que dejemos atrás eso que en algún momento amábamos. Se piensa que debemos madurar en gustos y olvidar a esa banda que nos hacía llorar de emoción en la adolescencia. Quizás en muchos casos no sea bien visto seguir siendo fanáticos de cierta música, celebridad, película o programa, pues ya deberíamos de haber cambiado ese aspecto sobre nosotros mismos.

Sin embargo, existe una teoría de continuidad que podría estar a favor del fanatismo. ¿Sabías que muchas personas se definen a sí mismas a través de ser fanáticos de algo? De hecho, esta relación de ser fanáticos ayuda a mucha gente y contribuye a tener un sentido de consistencia personal sin importar cuántos años pasen. Es decir, ser fanático y apasionado de cualquier cosa, como un equipo deportivo, una celebridad, una banda o un programa de televisión puede darnos en un sentido una sensación de estabilidad personal, pues quiere decir que no cambiamos mucho durante los años.

Pertenencia

La teoría de la continuidad hace énfasis en que los seres humanos intentamos mantener nuestros patrones sicológicos y sociológicos a medida que avanzamos en la edad adulta.

Durante décadas ser fan de algo o de alguien puede ser una herramienta tan importante como un ancla. Algo que nos haga sentir que pertenecemos sin importar cuántos años tengamos; y más en situaciones tan cambiantes como lo es la vida cotidiana. Compartir una misma pasión o fanatismo durante años puede hacernos sentir que pertenecemos a una comunidad solo por el simple hecho de tener un mismo gusto.

Si bien la mayoría de las personas nos identificamos con las propias historias que nos contamos sobre nosotros mismos (y admitámoslo, cada uno de nosotros nos contamos historias sobre nosotros mismos de maneras diferentes), curiosamente el hecho de ser fanáticos de algo constante por años hace que incorporemos a este fanatismo a nuestra vida cotidiana y esto sigue dándonos una sensación adicional de continuidad. Hasta podría parecer que entre más años sigamos con los mismos gustos, quizá percibimos que menos pasa el tiempo y, a la vez, que menos envejecemos.

Y tú, ¿de quién eres fanático?