Perecedero

La oferta teatral en nuestro país ha tenido uno de sus mejores años en lo que respecta a cantidad de espacios y de obras montadas.

Enrique León
Columnas
Teatro
Foto: Hernán Piñera/Creative Commons

¿Cuáles obras de dramaturgos mexicanos escritas de dos décadas a la fecha seguirán siendo montadas dentro de 200 años? A varios actores, directores y dramaturgos les he hecho esta pregunta. La gran mayoría se ha detenido largo tiempo a reflexionar su respuesta, la cual es casi coincidente: hay pocas obras que resistirán el paso del tiempo, quizá por el tema que abordan o tal vez por su calidad; o peor aún, porque ponen más empeño en la búsqueda que en verdaderamente encontrar algo.

Esto no quiere decir que en México no tengamos dramaturgos con la calidad suficiente y sobrada para escribir grandes obras, o que el teatro actual sea malo; solo que es escaso el número de las que trascenderán.

De hecho, la oferta teatral en nuestro país ha tenido uno de sus mejores años en lo que respecta a cantidad de espacios y de obras montadas. Muchas compañías se han quejado de las pocas semanas en cartelera que tienen… por la cola que está esperando turno detrás.

Entonces, ¿se debe continuar acortando las temporadas para seguir dando oportunidad de montar obras a la mayor cantidad de compañías posible o se debe hacer un ejercicio curatorial más exigente y permitir que una obra con la calidad suficiente se mantenga más tiempo en cartelera para que más personas puedan asistir a verla?

Otras preguntas importantes en este punto deben ser: ¿cómo se mide la calidad de una obra teatral?, ¿quién determina ese canon?, ¿tenemos en México real crítica de teatro o solo somos comentadores o recomendadores de obras los que escribimos de artes escénicas?

Imperecedero

Muchos hemos oído hablar de y hasta leído a Shakespeare, Calderón de la Barca, Sófocles, Chéjov, Strindberg... de quienes se sigue debatiendo la calidad en sus obras y de cómo lograron que fueran imperecederas.

Y surgen de nuevo preguntas: ¿qué elementos debe contener una obra para que sea considerada “de calidad” y sea atemporal e imperecedera?, ¿cuáles son los temas que mejor funcionan?, ¿clásico o posmodernismo?, ¿búsqueda o salida?

No desdeño la búsqueda ni mucho menos deseo que desaparezcan las obras comerciales o superfluas: siempre he creído que debe haber obras para todos, es decir, tan divergentes y diferentes como espectadores.

Mis deseos para el próximo año son que el teatro en México siga en creciente oferta y que la creciente también se vea en la demanda, no solo en cantidad sino que los grandes dramaturgos mexicanos nos ofrezcan cada día obras que puedan ser consideradas como maestras.

Felices fiestas.