Ni corrupto, ni ladrón

¿La falta de experiencia de Morales será una ventaja o una desventaja para su gobierno?

Jimmy Morales
Foto: AP
Columnas
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Este fin de semana se realizó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, donde Jimmy Morales derrotó a su contrincante, Sandra Torres, al obtener más del doble de votos.

La decisión de los guatemaltecos refleja el descontento que existe con la clase política en ese país después de que se destapó un escándalo de corrupción que llegaba a los más altos niveles políticos, vinculando incluso al ex presidente Otto Pérez Molina.

Ante este escenario no sorprende que más de 67% de los votos en esta segunda vuelta fueran para el comediante y administrador de empresas, quien se vende como una nueva opción frente a la corrupción de la clase política.

Queda claro que su competencia, Sandra Torres, no logró capturar el enojo del electorado de la misma manera, ya que como ex primera dama se le vincula con la clase política que tanto critica Jimmy Morales.

Además, Torres sí cuenta con experiencia en el sector público, pues durante el gobierno de su ahora ex esposo Álvaro Colom administró programas sociales. Bajo este escenario la candidata obtuvo alrededor de 32% de los votos en esta segunda vuelta.

¿Qué le espera al país centroamericano?

Es difícil determinar cómo será la presidencia de Morales, quien entra en funciones en enero del próximo año, pues además de su lema Ni corrupto, ni ladrón el presidente electo ha hablado poco de propuestas concretas. Más que atraer votos gracias a una campaña enfocada en él como candidato, Morales se concentró en acaparar el voto de castigo.

Consecuencias

El eje rector de su campaña ha sido, sin duda, el combate a la corrupción. En entrevistas y en actos de campaña ha dicho que la Comisión Internacional contra la Corrupción en Guatemala, conocida por sus siglas CICG, debe permanecer en el país por seis años más. Esta comisión, con apoyo de la ONU, fue la que descubrió la red de corrupción aduanera que desató el descontento contra la clase política y por la cual fue arrestado el ex presidente Pérez Molina.

No cabe duda de que Guatemala necesita un líder que sea duro contra la corrupción, puesto que la magnitud del escándalo descubierto muestra cómo esta práctica corroe todos los niveles de gobierno y el encarcelamiento del presidente es solo el principio de la batalla de ese país para abatir la corrupción.

Sin embargo, el gobierno de Jimmy Morales tendrá que enfrentarse también a las consecuencias de esa corrupción, ya que la administración de Pérez Molina dejó un Estado saqueado, con altos niveles de deuda y pobreza.

Está por verse, entonces, si la falta de experiencia de Morales será una ventaja o una desventaja para su gobierno, pues por un lado, como independiente, tendrá la credibilidad para combatir la corrupción de los “políticos de siempre”; pero, por otro, para hacerlo necesitará del apoyo de esos mismos políticos a los cuales ha criticado a lo largo de su campaña.

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