LA URGENCIA POR RESURGIR

Guillermo Deloya
Columnas
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Aun cuando las condiciones son dispares y las dinámicas sociales y económicas en esa nación y la nuestra se entienden como subrayadamente distintas, llama la atención la lógica empleada por Reino Unido para revertir los efectos de un cierre de la economía y un distanciamiento social que podría lesionar irreversiblemente los cimientos de ese país.

El daño procurado por la prolongación innecesaria del cierre en actividades como la educación, estiman los británicos, debe combatirse de forma inmediata si no se quiere caer en un rezago educativo que atrasaría al país una década en tiempo de aprendizaje.

Por ello la prioridad ha sido puesta sobre la apertura educativa como puntal del plan en su conjunto; en ese esquema en donde este 8 de marzo los alumnos inician el retorno a las aulas se inició el camino estratégico hacia la total regularización de actividades.

Seguirán en ese sendero el levantamiento del confinamiento en domicilios para poder reunirse al aire libre y será hasta el 12 de abril cuando gimnasios, bares, restaurantes, cines, museos y estéticas abran completamente. Finalizan con el permiso para la celebración de eventos masivos hacia mediados de mayo.

Tomo como ejemplo a Inglaterra que, con 56 millones de habitantes, ha trazado la ruta cimentada en una estrategia para la apertura que considera la necesidad social como fundamento.

Diferente resulta lo que vivimos los mexicanos entre la confusión que genera la información dolosamente imprecisa, los diagnósticos confiables, la contaminación política de las resistencias y las intenciones y, por supuesto, la incertidumbre sobre los tiempos y la disponibilidad de la vacunación.

Laberinto

Es así que por momentos nos adentramos en un laberinto más intrincado y salir del mismo se complica con cada día que pasa. Y con un nuevo subrayado lo planteo: si bien las condiciones que imperan en Inglaterra y México son disímbolas, parecería que implementamos la fórmula al revés. Ya no sería novedad hablar de la profundísima cicatriz que ha quedado tatuada en el rostro del sistema educativo, lesión que mayormente resienten los estudiantes para quienes adicionalmente habrá que innovar en una estrategia de reacondicionamiento social y tratamiento de patologías mentales derivadas del distanciamiento. Además las cifras de la economía mexicana indican un panorama trágico e insostenible, el sistema de salud por igual se percibe endeble y por momentos rebasado, la recuperación de empleo no despega y la criminalidad no baja; es urgente articular un real plan de activación sobre bases de objetividad y con una absoluta visión de Estado.

Las condiciones de polarización, exacerbación del ánimo colectivo y la pegajosa contaminación por desinformación podrían llevarnos a oscuros sótanos como país si no actuamos de inmediato. De ahí esa urgencia que por igual no debería fincar la totalidad de esperanza para la recuperación en la aplicación de la vacuna: si bien es cierto que el primer objetivo para cualquier gobierno es la preservación de la integridad y la salud del ciudadano también es cierto que se deben generar condiciones de vida mejoradas como caminos paralelos.

El diagnóstico es grave: la pérdida acumulada de puestos de trabajo alcanzó la cifra de 647 mil para el pasado año, el Coneval estimó el ingreso de ocho a nueve millones de mexicanos a condiciones de pobreza, el PIB experimentó su peor contracción desde 1932 y un aproximado de un millón de empresas han cerrado sus puertas.

Si no apresuramos ese anhelado plan integral mexicano para la recuperación y la reapertura poco se podrá construir para los próximos años en torno de la calidad de vida, aun cuando la salud de la población sea plena.

En un escenario ideal se podría buscar la concordia entre la necesidad empresarial con medidas solidarias y fiscales por parte del gobierno, además del correspondiente compromiso por el cuidado y formación del capital humano ante la nueva circunstancia.

Inglaterra ya ha tomado el riesgo con las debidas precauciones.Tomar ejemplo de cuáles son las prioridades donde se finca el retorno a las libertades sería una buena idea para nuestro país. Un esquema de retorno a la escuela con cuidados sanitarios, apoyo a la empresa en esquemas solidarios y un sistema de salud fortalecido sería una tríada deseable de escenarios prodigiosos.