¡MUSK PARA TWITTER!

“Preferencia personal, filias y fobias”.

Guillermo Deloya
Columnas
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Las redes sociales cambiaron para siempre la comunicación y la forma de discusión global. En una importante función democratizan el uso de la palabra, promueven inmediatez entre los ciudadanos y sirven como una contraloría social para exigir rendición de cuentas. Pero en otro flanco negativo se convierten en un nido generador de bots, noticias falsas, desinformación y manipulación con intereses por momentos inconfesables.

El surgimiento exponencial de un conjunto de percepciones conlleva a una enorme confusión para quienes no cuentan con elementos para construir una opinión cercana a la verdad. En muchas ocasiones esa “verdad” es necia y se rehúsa a acercarse a cualquier viso de objetividad. Para muchos el terreno más pedregoso en este universo de redes sociales lo constituye Twitter, donde parecería que lo fundamental no es resolver problemas mediante el diálogo colectivo sino ganar adeptos, imponer, fanatizar y polarizar mediante el insulto y la sin razón.

Somos por igual muchos quienes pensamos que eso tiene que cambiar y virar hacia ese origen positivo que un foro masivo puede aportar para la democracia, la convivencia social y el establecimiento de una agenda pública de temas que marquen rumbo con el actuar público gubernamental.

Pero quienes tienen un olfato agudo y un sentido de orientación supremo en el mundo de los negocios avizoran en Twitter un medio de comunicación con un poder de influencia inigualable. Ahí donde convergen el mundo de la política, los negocios y las figuras públicas de amplios alcances es donde se pueden encauzar opiniones que no solo generan tendencia sino que tienen real poder para llevar a la realidad cometidos y acciones.

Derecho supremo

Esa dinámica parece haberla entendido el multimillonario Elon Musk, quien en fechas recientes adquirió 9.2% de las acciones de esa compañía y además ya plantea una oferta por la totalidad de la misma. El nivel de interés de Musk llega al grado de ofrecer 9.20 dólares adicionales por acción arriba de su valor en el mercado. Esa oferta representaría un cúmulo de más de 40 mil millones de dólares para completar su cometido, situación que de ninguna forma resulta despreciable para los actuales accionistas.

Pero el reto colectivo, que sin duda significa un punto de inflexión para las redes sociales en conjunto, radica en algunos puntos propios para el análisis.

No se trata solo de un cambio de dueños de la plataforma, sino de qué tanto la preferencia personal, las filias y las fobias de quien sería el patrón absoluto se reflejarán en la discusión.

De ahí que el encauzamiento de una opinión parcial constituye en sí la negación de otros puntos de vista que contraríen una visión propia.

No ha sido reservada la postura de Elon Musk en temas como la marihuana, los postulados recalcitrantes del trumpismo, la expansión empresarial y el medio ambiente. Hay que recordar que en entornos polarizados, agudizados por la desigualdad y la falta de oportunidades, muchas figuras públicas se convierten en víctimas perfectas para pagar los agravios del descontento y la creciente tensión social. Es ahí de donde parte la siguiente reflexión.

Hoy como nunca debemos responder con solvencia y definitividad a la gran pregunta respecto de qué tanta libertad y qué tanta regulación amerita un ambiente virtual que sin duda alguna detenta un poder real de influencia social. Habrá que estar pendientes de que, si llegara a concretarse la adquisición, una figura de corte liberal y progresista sería el impulsor para lograr un real balance entre la libertad individual de expresión y la tentación regulatoria de los Estados que no permiten la discusión sin trabas o la crítica incómoda.

Conciliar el derecho supremo para expresarse libremente con un torrente indomable de noticias falsas y tendenciosa desinformación se convierte en un reto formidable para Congresos y Parlamentos que aún no saben con claridad qué dirección tomar en la materia. Mayor reto resulta para quien ha dedicado su vida a la creación de prosperidad mediante su actividad como empresario, quien ahora podría conducir el debate abierto a nivel mundial que, además de una enorme responsabilidad, recursos y talento, precisará de apertura, tolerancia y altura de miras.