Adictos y austeros

Las políticas de la Reserva Federal no generan ninguna recuperación real
Foto: Tetsumo, Creative Commons
Columnas
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Y dale con esta tarugada típica de los keynesianos (que ellos llaman “medidas contracíclicas”): inyectarle a la economía más y más y más dinero fiat (falso, virtual) dizque para “estimularla”. Es una clásica adicción: es muuuy divertido, pero cada vez necesitas más y más dosis para mantenerte high y en cuanto este “estímulo” se interrumpe, o siquiera disminuye, te ataca el síndrome de abstinencia y te sientes morir.

Ese es el efecto visible de la “austeridad” que hoy aplican algunos países como un tímido intento de sensatez por disminuir los jeringazos y regresar el cuerpo a las condiciones normales. Claro: la reacción del cuerpo es espantosa y los bien intencionados, como Krugman-Summers-Bernanke et al, pegan de gritos y denuncian lo obvio: que el paciente se retuerce de dolor (desempleo, recesión, etcétera). Llenos de santa indignación y espíritu compasivo, estas Madres Teresas de la macroeconomía exigen que se reanuden y aun se incrementen los jeringazos. Los políticos naturalmente les hacen caso (salvo, a veces y en pequeño grado, doctores “desalmados” como Angela Merkel) y aplauden las inyecciones masivas vía bancos centrales.

De nuevo el paciente parece resucitar y los medios domesticados celebran una “recuperación” porque el paciente vuelve a abrir los ojos, esboza una mueca que casi semeja una sonrisa y hasta da unos titubeantes pasitos de baile. Las Madres Teresas claman que eso prueba que su receta es efectiva. Y sí, Happy days are here again… hasta que al paciente se le perfore el tabique por los pericazos y se le licue el cerebro por la heroína. Pero eso será mañaaana y ya lo dijo Nuestro Señor John Maynard: En el largo plazo todos estaremos muertos.

¿Qué está pasando?

Este ritmo sincopado se debe a una falacia denunciada hace mucho: ‘Si fuera posible sustituir la acumulación de capital vía ahorro por el crédito barato, no habría más pobreza en este mundo’. Poca gente entiende esto, pero las políticas de la Reserva Federal, de cero interés por decreto y de inyecciones masivas de dinero fiat, no generan ninguna recuperación real. No generan prosperidad sino pobreza, y retrasan, reprimen, suprimen una reactivación auténtica.

Porque ahogan la necesaria acumulación de bienes de capital vía el ahorro y, por tanto, imposibilitan cualquier posibilidad de una recuperación real. La gente necesita ahorrar e invertir esos ahorros en proyectos reales y productivos. Esas empresas, tiendas, fábricas, van a su vez a crear empleos de verdad y riqueza de verdad, no espejismos burocráticos ilusorios.

Por el contrario, la Reserva Federal deprime artificialmente los intereses; el ahorrador no gana por sus ahorros sino al revés: es castigado porque no gasta, porque no consume. Ergo, no hay ahorros. Por tanto, no hay inversiones reales sino pura especulación e ilusiones virtuales. Eso es precisamente lo que se busca: que la gente no ahorre, que gaste hasta lo que no tiene y de preferencia se endeude hasta el cogote. Y así la fiesta seguirá… hasta que algún vecino llame a la policía.

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