Esta nueva locura comienza a poblarse de nombres. Commerzbank, el segundo banco de Alemania, ha anunciado que empezará a cobrar comisiones a sus clientes que tengan depósitos de cierta cuantía en adelante.
No solo se reserva el derecho a cobrar comisiones a aquellos clientes que tienen grandes sumas de liquidez estacionadas en sus computadoras, sino que además azuza a dichos clientes a invertir su liquidez en inversiones alternativas (en vernáculo: subirse al carrusel bursátil). La entrada al Casino Global ya no es una mera invitación: ahora es una orden. ¡Todos a especular! Yupi, yupi, y que siga la fiesta.
Este es el primer efecto palpable de la última vuelta de tuerca en política monetaria del Banco Central Europeo, que como antecedente decidió empezar a cobrar a los bancos por la liquidez que tienen depositada en el banco central.
Por supuesto, el incremento en los volúmenes prometidos de crédito (¿o acaso no era una política de “estímulos”?) no se ve por parte alguna. Pero ya tenemos aquí la nueva tendencia otoño-invierno en el negocio bancario: cobrarte por tener un depósito en sus éteres cibernéticos.
Me pregunto si, en elemental lógica de simetría, ahora van a pagarte intereses sobre cada préstamo que te den. ¿Suena delirante? No más que lo otro.
Pero la demencia no se limita a Europa. Fuera de la zona euro hay ya algunos bancos que han empezado a cobrar a sus clientes picudos por guardarles su dinero: Bank of New York Mellon, Goldman Sachs, JP Morgan, Credit Suisse, HSBC y algunos más. Otro dos bancos alemanes, el ciclópeo Deutsche Bank y el mediano Skatbank, dizque evalúan (en realidad ya recibieron las órdenes pertinentes) cobrar un interés negativo de 0.25% a personas o Pymes con depósitos superiores al medio millón de euros.
El mundo al revés
En fin, más patadas de ahogado. Y cada día más jocosas. Esta burbuja de dígitos (acciones, bonos, derivados), por mucho la más grande en la historia, no da más y buscan dinero de onde haiga para inflarla todavía un poquito más y posponer todavía un ratito más el megaestallido que dejará al de 2008 en calidad de mero ensayo de luces.
Pero regocíjate: algún día le podrás contar a tus nietos que hace mucho tiempo, cuando tú eras joven, el mundo estaba de cabeza, pero gracias a Dios nuestros más brillantes doctorados en Economía pusieron orden en el caos: los bancos te pagaban por depositar tu dinero; los créditos costaban algo más que 0%; la inflación de precios era cosa terrible y no una bendición; la meta era conservar el valor de la moneda nacional y no competir a ver quién la devaluaba más rápidamente, y tus depósitos bancarios eran dinero tuyo y no préstamos tuyos al banco que podía devolverte o no a criterio de él.
Por supuesto, tus nietos te mirarán incrédulos y se preguntarán cómo se podía vivir en ese mundo tan desbarajustado.