EXTRANJEROS EN LA GUERRA

“Antes era común que los ejércitos emplearan a mercenarios y soldados de otros reinos”.

Ignacio Anaya
Columnas
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Hace unos días navegaba por distintos foros en diversas páginas de internet y me encontré con uno bastante interesante. Su nombre es Voluntarios para Ucrania (Volunteers for Ukraine) y, como se podrá sospechar, se trata de personas que supuestamente buscan viajar a dicho país con el objetivo de combatir en el conflicto.

Es importante mencionar que Ucrania permitió a extranjeros ir a pelear contra los soldados rusos, según las declaraciones del presidente Volodímir Zelenski.

Aunque esto podrá sonar interesante y generar varias preguntas, no es del todo un fenómeno aislado de otras guerras. Uno podrá preguntarse: ¿por qué hay personas dispuestas a ir a luchar una guerra ajena a ellas? Hay muchas respuestas.

En el caso de Ucrania algunos de estos voluntarios lo ven más allá de un conflicto entre dos países, pues consideran que la invasión es contra toda Europa. Otros, por ejemplo, quieren luchar contra el imperialismo ruso y ven en esta guerra una oportunidad para hacerlo. También existen quienes simplemente quieren ir a combatir para satisfacer algún extraño tipo de adrenalina, personas con una idea romántica de la guerra. En fin, como se podrá ver, hay varias razones por las cuales la gente lucha en territorios ajenos.

Se trata de un fenómeno que adquiere mayor importancia a partir de la formación de los Estados Nación y nacionalismos, ya que antes era común que los ejércitos emplearan a mercenarios y soldados de otras culturas o reinos en la guerra.

En México esto sucedió en las diversas guerras que afectaron al país. Uno de los casos más conocidos es el del Batallón de San Patricio durante la guerra contra Estados Unidos.

Otro caso bastante curioso es el de los extranjeros que se unieron a distintos bandos de la Revolución. Destacaron nombres como el de Giussepe Garibaldi, quien se unió al movimiento de Francisco I. Madero. Igualmente, más allá de individuos destacados, hubo varios estadunidenses que cruzaron la frontera y se insertaron en las filas de los revolucionarios.

Dimensiones

Estos sujetos se podrían entender bajo la lógica militar como mercenarios, pero no siempre era el dinero lo que los movía a unirse a algún bando. Eran un grupo heterogéneo donde, según indican Charles H. Harris y Louis R. Sadler en The Secret War in El Paso (2009), varios ni siquiera contaban con experiencia militar y muchos de ellos eran carpinteros, bomberos, fontaneros, ingenieros estacionados, herreros, ferrocarrileros, etcétera. En varias ocasiones era el deseo de una aventura lo que movía a estos sujetos a dejar su vida atrás, cruzar la frontera y luchar en la revolución.

Los mismos autores relatan que en una ocasión un reportero del El Paso Herald escribió que cuando les preguntó a estos personajes por qué habían tomado dicha decisión, ellos respondieron: “For the hell of it”, lo cual podría traducirse como “Nada más porque sí”.

Más de un siglo después seguimos viendo casos parecidos, aunque no del todo similares, puesto que están insertos en distintos presentes y contextos.

No obstante, hay algo de la guerra que atrae a ciertos individuos, sin importar su nacionalidad, religión o cultura, a participar; ya sea por alguna compensación económica, convicciones políticas dentro de un mundo globalizado o un simple deseo de adrenalina que buscan satisfacer. Cada persona es diferente, de eso no hay duda, y entender por qué quieren ir a una guerra ajena a ellos, sin la participación de su país, muestra las dimensiones a las que puede llegar un conflicto.