No solo en Estados Unidos enfrentan el reto para que el próximo 6 de noviembre millones de ciudadanos acudan a las urnas para renovar la Cámara de Representantes, dos terceras partes del Senado y al presidente de su país: también en México este año se renuevan en Coahuila e Hidalgo el Congreso local y presidencias municipales. Y en estos días las muy protestadas elecciones en Bielorrusia también se desarrollaron en medio de cientos de contagios.
Las concentraciones, mítines, marchas, mesas redondas, consultas y todo tipo de eventos multitudinarios de plano estarán prohibidos o su realización se hará bajo estrictos controles sanitarios.
Incluso el presidente de EU, reacio y desconfiado de las medidas para prevenir los contactos en lugares públicos, aceptó modificar la forma de hacer su campaña en pos de la reelección. También, luego de tres días de convención, el Partido Demócrata cerró su proceso para designar a su dupla para la presidencia y vicepresidencia mediante encuentros virtuales por medio de las distintas plataformas.
¿Cómo se llevarán a cabo las campañas en México? ¿Los partidos políticos y las autoridades electorales ya tendrán alguna idea, habrán acercado algunas propuestas? En Estados Unidos, por ejemplo, el Servicio Postal Federal ya comenzó a tomar medidas para evitar que el potencial envío de millones y millones de sobres conteniendo la voluntad democrática de los electores lleguen tarde o incluso puedan perderse en tan complicado problema logístico.
Por eso la duda en el caso de nuestro país: es más que necesario plantearnos los avances que ya deben tenerse y no dejar, como sucedió por parte de las autoridades sanitarias en el tratamiento de la epidemia, las respuestas para la última hora.
Recordemos que los comicios del siguiente año serán los más concurridos debido al número de cargos que se someterán al escrutinio de los electores.
Todos los estados de la República, además de la renovación de la Cámara de Diputados federal, tienen procesos locales (a excepción desde luego de Coahuila e Hidalgo), incluyendo 15 gubernaturas. Es decir, que la movilización de candidatos, equipos de campaña, encuestadores, medios de comunicación, entre otros actores, implica que se desplazarán a lo largo y ancho de la geografía del país cuando aún, de forma seria y documentada, la epidemia no estará controlada ni habrá vacunas disponibles.
Ejemplos
Pudiera leerse lo anterior como una postura exagerada. Pero si se consultan fuentes documentadas, científicas, así como los datos que arroja la segunda fase de la epidemia en varias partes del mundo, sobre todo en Europa y Estados Unidos, estamos muy lejos, como humanidad, de haber encontrado las medidas adecuadas para contener la epidemia.
Hay casos como los de España, Reino Unido, Francia e Italia que habían mostrado importantes avances en la contención y tratamiento de los contagios pero ahora se encuentran ante el dilema de volver a aplicar o no medidas de restricción e incluso regresar al confinamiento.
Este contexto de ninguna manera puede ser desatendido por las autoridades de nuestro país, ni menos por los mismos partidos políticos, directos responsables de movilizar a los electores para conducirlos a las urnas en las fechas que correspondan en este y el siguiente año.
La epidemia no nos puede volver a sorprender. Hay tiempo y casos internacionales que sirven de ejemplos, lo que nos permite organizar las jornadas electorales en las mejores condiciones de salubridad.