PROFESIONALIZAR LA AUTOPUBLICACIÓN (2)

Editorial
Columnas
Compartir

El camino de la autopublicación es el camino largo. Al concentrar muchas actividades en una sola persona el proceso requerirá que desarrolles diversas habilidades para ejecutar en distintos momentos del proceso de escritura, edición, producción y promoción del libro. Eso implica paciencia, disposición, tiempo, esfuerzo, una tolerancia a la frustración monumental, mucha pasión y superar el miedo a hacer preguntas. Te recuerdo que fundamento esto en mi aprendizaje particular y que otros caminos pueden ser muy distintos.

Lo primero y más importante es aprender a escribir y nunca dejar de perfeccionar tu escritura. Sé que suena muy básico, pero es increíble la cantidad de libros escritos por personas que no se han preocupado por aprender a escribir con intención literaria.

Escribir no implica nada más saber juntar palabras para componer oraciones que cuenten historias o difundan ideas. Saber escribir es que tus lectores encuentren asombro, encanto, interés en esas palabras, y no que se topen con una narración descuidada, cuyo sentido no quede del todo claro, que resulte confusa y con errores que distraigan la lectura.

Para aprender a escribir hay que leer. Y mucho, de diferentes géneros, a autores clásicos, consagrados, best sellers; incluso aquellos libros que no te gustan y a esos autores que jamás leerías. Esto es particularmente importante si quieres ser el editor de tu propio libro, porque un editor debe conocer la oferta editorial con amplitud y profundidad. Analiza las estructuras, la redacción, las palabras que elige el autor, la narrativa; no te centres nada más en la historia. Lo que hace a un libro literatura no es tanto lo que cuenta, sino cómo lo cuenta; hay personas que cuentan anécdotas fabulosas con construcciones mediocres. No leas nada más el género que escribes, lee de todo.

Los prejuicios son el peor enemigo de todo escritor, lector y editor. Haz el esfuerzo por ver más allá de tus ideas preconcebidas: no te cierres a la oportunidad de aprender hasta de los lugares y las personas más inesperadas.

Conciencia

Aprende corrección ortotipográfica, corrección de estilo, edición de contenido, etcétera. Sé que suena largo y complicado, pero el tiempo que tardes y lo que gastes en esos estudios te redituarán con creces con el paso de los años. Como dije, el de la autopublicación es el camino largo, y si no estás dispuesto a hacer muchos más esfuerzos de los que pensabas, ¿por qué la gente tendría que invertir su dinero y sus horas en tu trabajo? Otra manera de aprender estos aspectos es adoptar a algún editor que esté dispuesto a enseñarte.

Revisa tus textos y aprende de tus errores. Si te corrigen tu libro no lo publiques sin analizar qué fue lo que te corrigieron y por qué. Una gran manera de perfeccionar la escritura es haciéndote consciente de tus vicios, fallas, prejuicios.

Ve a la imprenta tradicional y digital, observa cómo se imprime, cómo son las máquinas, cuáles son las fortalezas y debilidades de cada método de impresión. Ve al taller de encuadernación, pregunta cómo se hace la pasta blanda, la pasta dura. Ve a la papelera, pregunta qué tipo de papeles existen para cada tipo de impresión, pídeles muestras para saber cuáles te gustan más y en cuáles visualizas tus libros. Así podrás hacer libros estándar y también únicos, con tu sello personal. Ve a las imprentas y a las papeleras tú, para que veas de primera mano, no dependas de información, ojos ni criterios ajenos para decidir tu rumbo editorial. Haz el trabajo.

Por ahora, otra vez, ya se me acabó el espacio. Nos leemos aquí en 15 días para seguir compartiéndote mi experiencia de mujer-editorial-orquesta.

×