En varios países y distintos continentes la amenaza de una denominada tercera ola de Covid-19 es más que posible. En sentido estricto no puede hablarse de un rebrote, puesto que en ninguno de los casos las autoridades lograron ya del todo controlar la expansión del coronavirus. Se trate de Japón, a menos de 15 días del inicio de las Olimpiadas; de Reino Unido, que se encuentra a punto de reconocer una situación crítica; de Estados Unidos o de España, si bien el número de muertos se contiene como sucede en México, el ritmo de contagios no cede e incluso aumenta.
Los datos proporcionados por las autoridades sanitarias de nuestro país el pasado día 8 ilustran lo anterior. El ritmo de contagios está en los niveles de febrero de este año, cuando la expansión logró uno de sus meses más negativos.
También en varios países los ritmos de producción y aplicación de la vacuna no resultan lo eficientes que exige la situación y, peor aún, comienzan a conocerse casos de personas que con el cuadro completo de vacunas se infectan, por lo que todavía nos queda un trecho largo para afirmar que la pandemia se controla.
Incluso la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Colegio de Directores, dio a conocer que al menos hasta febrero de 2022 seguirán las clases en línea y que para el regreso gradual a las aulas tendrán prioridad aquellas carreras que requieren del uso de los laboratorios.
De esta forma, desde la perspectiva de la principal institución de educación superior de México, con datos consistentes y en la perspectiva de la política de contención sanitaria hasta ahora aplicada en el país, aún faltan largos meses para recuperar un poco, solo un poco, del antiguo método presencial.
Comunicación
La economía, el turismo, el consumo en general siguen afectados por la pandemia y será muy importante prepararse en todos los segmentos de la vida cotidiana para procesar de la mejor manera las condiciones de restricción para varias actividades, sobre todo las que implican estar en lugares cerrados y concurridos, así como extremar o al menos mantener las medidas de cuidado en los transportes públicos.
En nuestro país son varios los estados de la República que no obstante tener el semáforo epidemiológico en verde dieron a conocer que pueden regresar al color amarillo e incluso al naranja, como ya sucedió con Campeche.
Resulta muy importante atender a lo que sucede en otros países, como Estados Unidos o India, que cuentan desafortunadamente con el mayor número de fallecimientos y la cuenta aumenta, sobre todo en la nación asiática.
Mucho se ha escrito y dicho sobre los efectos definitivos de la pandemia, pero mientras más tiempo pase y las personas relajen las medidas sanitarias —porque al sentirse vacunadas suponen una mejor resistencia o entre los jóvenes, que es donde se documentan los principales datos de contagios— la situación puede agravarse.
Por eso es importante insistir en una permanente e intensa política de comunicación desde el gobierno federal para tratar de contener el aumento de los contagios y, por supuesto, de fallecimientos. Ningún país ni sociedad están exentos de un recrudecimiento de la pandemia, como se constata en varias partes del planeta. Con variantes o no, con mutaciones o no, lo cierto es que el virus sigue entre nosotros, con la amenaza de afectar ahora sí la vida de la humanidad. En México debe tomarse en cuenta lo que padecen casos como el de España o el Reino Unido. Son una referencia.