LOS RETOS EN LAS DIMENSIONES DE LA SEGURIDAD

“En su segundo año de vida la Guardia Nacional comenzó a dar resultados”.

Javier Oliva Posada
Columnas
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Como en la vida cotidiana, los fines e inicios de cada año son un momento propicio para hacer balances de lo logrado, lo pendiente y lo que se tiene que corregir: 2021, que estuvo marcado por los efectos de la pandemia, deja experiencias valiosas para estar en condiciones de procesar la muy probable expansión de una o más variantes del virus de Covid-19.

Nuestro país, debido a sus condiciones geográficas, de nueva cuenta fue escenario de flujos migratorios, así como de dinámicas comerciales que no obstante el “parón” de la economía mundial mantuvieron un razonable ritmo de actividad.

Por lo que hace de manera específica a las dimensiones de la seguridad, los desafíos, desafortunadamente, permanecen e incluso en algunos casos incrementaron su negativa fuerza. No hay duda de que la seguridad pública sigue siendo y será una completa prioridad para los gobiernos locales y a nivel federal. Pero además las perspectivas de que en varias partes del país se logre contener la actividad de la delincuencia organizada demandarán una consistente política que, en lo posible, deberá dejar atrás lo que ha sido en otros sexenios una serie de improvisaciones desde la perspectiva del estamento civil.

En su segundo año de vida la Guardia Nacional comenzó a dar resultados que se notan, en primer lugar, en los niveles de aceptación y confianza en las distintas encuestas y sondeos de opinión. El anunciado paso de la institución de seguridad pública más importante en lo que va del siglo XXI a la Secretaría de la Defensa Nacional para 2023 representa un sustancial y profundo ajuste estructural y jurídico para asumir con toda formalidad una política de largo plazo que deben complementar acciones semejantes en los Poderes Legislativo y Judicial.

2022

Por su lado, las Fuerzas Armadas en su conjunto, en tanto se les asignan tareas que el presidente de la República estima necesarias, persistirán en su notable papel de apoyo al desarrollo nacional. La visibilidad alcanzada en lo que va del sexenio, en el siguiente año seguirá y dependiendo de las capacidades de las áreas civiles podrá aumentar. Cabe recordar que hemos entrado a la segunda parte del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que las presiones de carácter cronológico para lograr los objetivos que se planteó desde la campaña electoral van en aumento.

En el plano electoral, para el año próximo la renovación de seis gubernaturas en estados con situaciones muy complicadas en materia de seguridad pública, como Quintana Roo y Tamaulipas, sumados a entidades con problemáticas de diversa índole como Oaxaca e Hidalgo (además de Aguascalientes y Durango), implicará un desafío para evitar que las dinámicas de las organizaciones criminales intente, como lo hizo este año, incidir tanto en la selección de candidatos como en los resultados. Debemos aprender de las difíciles experiencias de los comicios federales y locales de junio pasado.

Por último, pero muy importante, está el reto del retorno a las actividades presenciales, sobre todo en lo que concierne a la educación. Esperemos que se den las mejores condiciones para el regreso. El requisito indispensable será que la mayor parte del alumnado esté vacunado, pues recordemos que la gripe estacional puede generar estragos de no contarse con esa condición.

Quiero dejar constancia de mis felicitaciones y agradecimiento al equipo que encabeza nuestro director, Jaime Aljure, así como mis mejores deseos a los amables lectores de la revista Vértigo. ¡Un venturoso y sobre todo saludable 2022!