SEGURIDAD PÚBLICA, SEGURIDAD INTERIOR

“Insistir en la disuasión sin dejar de lado la persecución y contención del crimen”.

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Columnas
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El pasado día miércoles 23 fui invitado a participar en el Foro Nacional de Tecnología, Seguridad y Radiocomunicación: la gran oportunidad, que organizó Comunica la Ciudad, que encabeza Jonáz Vázquez. Participaron analistas, especialistas con larga trayectoria profesional en el área de seguridad pública, así como representantes de empresas. El objetivo principal del encuentro fue que varios de los responsables de las instalaciones de los Centros de Comando, conocidos comúnmente como C5, intercambiaran experiencias respecto de la relevancia que tiene la tecnología en general para la prevención y la persecución del delito.

Fue para mí una grata sorpresa escuchar a verdaderos profesionales argumentar desde el sector público respecto de la forma en que han tenido éxitos, fracasos y limitaciones en un ejercicio muy poco frecuente en cualquier área de la administración pública, sea municipal, estatal o federal.

La primera mesa fue la de Tecnología para la seguridad en las ciudades, donde se expusieron los requerimientos de las autoridades de seguridad pública en los estados en cuanto a actualización, pero sobre todo sobre contar con los recursos específicos de la tecnología para dar mejores resultados. Es decir, que no debe prevalecer la política que se mantuvo ya en consecutivos sexenios, incluyendo al actual, en que las áreas civiles responsables de coordinar la seguridad pública en el país tienen desde hace muchos años una visión centralista y por lo tanto se trata de manera homogénea a realidades muy diferentes.

De Baja California a Yucatán, o de Tamaulipas a Chiapas, es obvio y evidente que las entidades implican realidades que demandan tácticas y operativos determinados.

Expectativas

La segunda mesa se llamó Tetra: ¿la nueva oportunidad en 15 estados?, con referencia a las entidades que renovaron su Ejecutivo local. Se analizó la posibilidad de repetir errores como la discontinuidad en programas que en mayor o menor grado sí funcionan, pero no importa: por una añeja y nociva conducta cada administración entrante desecha por completo lo que el gobierno saliente haya hecho en seguridad pública (otra vez, municipal, estatal o federal), lo que representa una enorme pérdida de recursos y, lo más importante, de tiempo.

De ahí que se tenga cierta expectativa y ante las crecientes expresiones de violencia se generen condiciones para la cooperación entre estados de la República colindantes o bien por regiones integradas por más de dos entidades.

Por último, la tercera mesa se denominó Inversión en tecnología de misión crítica. Aquí se abordaron las experiencias y propuestas de distintas experiencias en la República, sus relaciones con las empresas del sector y la respuesta específica que desde la correcta y oportuna aplicación de la tecnología logra el principal objetivo: atender la expectativa de la población a propósito de sentirse segura y protegida. Insistir en la disuasión sin dejar de lado, por supuesto, la persecución y contención del crimen, es una faceta que al menos en México se requiere profundizar.

La efectividad de las autoridades locales, que con frecuencia son objeto de señalamientos críticos desde la Federación respecto de que no se implican en las labores de cooperación, parece que demanda de un mayor conocimiento a propósito de lo que sí se hace bien en estados de la República y municipios en cuanto a seguridad pública. Fue un foro muy interesante y de mucho aprendizaje.

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