Aprovechando lo que ya es una tradición hacia fin y principio de año, diversas publicaciones, centros de estudios y de análisis realizan balances respecto de segmentos clave en la actividad mundial: conflictos armados, tensiones geopolíticas, desastres ambientales, así como valoraciones y pronósticos en los ámbitos de la ciencia, la tecnología y la economía.
Tal es el caso del informe que dieron a conocer, con base a las cotizaciones en la Bolsa de Valores de Nueva York, la agencia informativa Bloomberg y el periódico español El País.
Resulta muy interesante observar hacia dónde y en qué sectores de la economía mundial comienzan a alinearse los capitales en la segunda década del siglo XXI. No hay duda, como ha sido a lo largo de la historia reciente, que los ciclos de cambio son cada vez más cortos, a la vez que distinguibles.
Así las cosas, de las diez empresas que más crecieron y por tanto más ganancias obtuvieron en 2015, cinco son del directo dominio de internet: Apple, Google (hoy Alphabet), Microsoft, Amazon y Facebook. Las otras cinco tienen que ver con servicios, consumo, finanzas y producción, incluyendo a Exxon Mobil.
Otro aspecto muy importante a destacar es que de las diez primeras más ricas en Wall Street, las diez son estadunidenses.
Desde hace tiempo se da la tendencia de que las empresas de tecnología año con año coticen más y mejor. Hoy esa realidad nos indica hacia dónde se mueven los capitales, pero también el consumo en el mundo.
Para países como el nuestro, con una notable dependencia respecto del segmento de la cibertecnología, persiste también una seria vulnerabilidad por lo que hace a los escenarios de ciberseguridad y ciberguerra, que también son de primera prioridad para naciones que pretenden mantener e incluso ampliar sus ámbitos de influencia en el concierto internacional.
Efectos
El informe señala que desde 2002 no sucedía tal concentración de preponderancia de las empresas estadunidenses: ahora incluso han sido desplazadas de las 50 empresas más importantes —que desde 2008 tenían cierta presencia— firmas de origen ruso, brasileño y australiano.
El natural proceso de concentración del capital y las ganancias queda de manifiesto en los últimos dos años. Y conforme a las previsiones, en este 2016 esa tendencia persistirá.
Los efectos sobre la economía mundial, desde luego, se notarán en el desplazamiento o fuga de recursos hacia Estados Unidos mediante la simple adquisición de algunos de los productos que ofrecen al mercado —el caso de Apple, o bien, a través del encendido de nuestras computadoras y consultar cualquier página de Facebook—. Estos hábitos en el acceso a la tecnología irán en aumento.
Es notable también que en el mismo segmento de internet, tecnología y servicios hay una propensión para señalar que existen, por su presencia en los sistemas de comunicación digitales y su probado peso económico, “dueños” del ciberespacio. Y este sin duda es un aspecto que debemos considerar en cuanto a las condiciones de privacidad para la libre circulación de información en la red.
Así, han comenzado a aflorar naturales discrepancias. A fines de 2015 el gobierno de la República Popular de China aprobó una restrictiva ley para que las áreas de seguridad e inteligencia del Estado tengan acceso en ciertas condiciones a cuentas de empresas y usuarios individuales. Con renuencia empresas como Apple, Facebook, Twitter, Amazon y Google tendrán que aceptar debido al principal argumento: combatir el terrorismo y el ciberterrorismo.