La relevancia del proceso

Proceso electoral
Foto: Especial
Juan Gabriel Valencia
Columnas
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A la publicación de estas líneas restarán 42 días para las elecciones federales intermedias y 37 días de campaña. Su efecto en la vida política nacional será marginal, sin cambios drásticos en las preferencias del espectro ideológico tradicional de izquierda-centro-derecha, pero sí con algunas variaciones al interior de las organizaciones que representan o dicen representar esas fuerzas ideológicas.

La alianza PRI-PVEM-Panal, contrariamente a la estridencia de esta etapa reciente, seguramente alcanzará, en términos relativos, una proporción de la Cámara de Diputados semejante a la alcanzada hace casi tres años. En el caso de esos tres partidos no hay sorpresa, porque no puede haberla: es una elección a la que acuden —salvo dos o tres opciones— sin grandes figuras ni nombres. Es, por tanto, una elección de partidos gobernantes o semigobernantes que atraerán una base de electores muy estable.

Lo mismo sucede con el PAN. Si un partido históricamente ha tenido a una ciudadanía simpatizante leal es Acción Nacional. Al igual que la alianza mencionada líneas arriba, tampoco ha postulado renombres, prestigios o carismas. Incluso, al igual que el PRI, sus figuras nacionales van ubicadas en la lista de representación proporcional, literalmente al reverso de la boleta.

En el caso de las izquierdas puede haber cambios. A diferencia de 2012 ya no son solo tres, es decir, PRD, Movimiento Ciudadano y PT, sino que ahora se agrega Morena, que no es otra cosa que el membrete que eligió para esta elección Andrés Manuel López Obrador. Es muy probable que la sumatoria de los cuatro dé un porcentaje análogo al que lograron los tres primeros de la izquierda en 2012, con un trasvase de votos del MC, PT y, en menor medida de lo que muchos pronosticaban, del PRD a Morena. En esa resultante será decisiva la lucha que han entablado Miguel Ángel Mancera y López Obrador en el Distrito Federal, donde los demás partidos no han encontrado la llave para tener una participación competitiva.

Tiempos

La Cámara de Diputados tiene la facultad exclusiva de discutir y emitir el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación. Ahí no interviene el Senado de manera directa, aunque sí tiene incidencia en sus fundamentos al tener voz y voto en la parte de ingresos de la Federación. Su relativa intrascendencia en ese sentido se agudiza dada la problemática a la baja de las finanzas públicas en 2016, si no es que también en el año que le sigue.

A pesar de que algunas autoridades no lo vean o no lo quieran ver, la sucesión presidencial está en marcha. El mensaje de Morena claramente es 2018, explícito, y la imagen y propaganda de ese partido es solo AMLO. En otros partidos ya hay indicios firmes de voluntades personales de competencia para la presidencial. Mancera, jefe de Gobierno del DF, por el PRD; Gustavo Madero, presidente del PAN, próximo diputado; Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, que buscaría la candidatura panista; Margarita Zavala, que primero intentaría la presidencia del PAN y luego la candidatura... Todos están más o menos a la vista y están muy rezagados de AMLO en el conocimiento público.

El verdadero dilema lo enfrenta el PRI, siendo partido gobernante. Todo indica que en esta ocasión el priismo tendrá que innovar métodos y muy probablemente adelantar tiempos de selección.

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