¿Saber o creer?

Visita oficial de Enrique Peña Nieto a Londres
Foto: Presidencia de la República
Juan Gabriel Valencia
Columnas
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Impregnados de incredulidad es como definió el ambiente de opinión pública nacional el presidente Enrique Peña Nieto en entrevista al Financial Times. El tema de la credibilidad es uno de los más resbaladizos en la construcción de una siempre elusiva opinión pública. Creer algo es aceptar una cosa cuyo conocimiento no se tiene por propia experiencia, sino que le es comunicado por otros. Por eso en forma coloquial usamos tanto y mal el verbo creer. Alguien nos dijo que algo sucedió o dejó de suceder, para el caso. Pero en una u otra opción, literalmente, no sabemos, del verbo saber.

Fue así como se gestó la incredulidad a la que alude el presidente. Sin embargo, ¿realmente no sabemos o no queremos saber por prejuicio, ideología, capricho, necedad…?

El pasado 11 de agosto el presidente Peña promulgó la undécima reforma estructural de su sexenio. Tres días después se anunció la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el mayor de América Latina y uno de los cinco más grandes del mundo. Semanas después todo se tradujo en incredulidad y no fue por falta de información. La hubo, lógica, fundada y verosímil.

El eje de todo fue Ayotzinapa-Iguala. ¿Qué se supo y qué no se quiso creer? A alguien le convenía que un segmento de la opinión no creyera, aunque hechos palmarios descalificaran la incredulidad.

Se sabía que el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, ordenó reprimir y que se disparara en contra de los normalistas alborotadores. Testimonios y videos prueban que la policía de Iguala entregó a los estudiantes a una banda criminal. Hay confesión de participantes de que los normalistas fueron asesinados y cremados en un paraje del municipio de Cocula. Eso lo sabemos. No se trata de creer o no. Los padres de familia de los normalistas asesinados y sus seguidores políticos sostienen que la versión oficial es falsa y que están vivos, pilar de toda la narrativa construida para descalificar, por completo, dos años del sexenio.

Excepcional

¿Qué sabe la reina Isabel Segunda de Inglaterra que una parte de la opinión pública mexicana no sabe?

Durante la visita de Estado a Reino Unido la reina se refirió a las reformas de Enrique Peña como “audaces e impresionantes”. Es absolutamente inusual que en un discurso de Estado la soberana se pronuncie de manera tan categórica y hasta arriesgada.

El recibimiento otorgado al jefe del Estado mexicano no pudo haber sido más excepcional y caluroso. Gran Bretaña en 2015 dará ese tratamiento, además de México, solamente al jefe del Estado francés, un aliado de dos guerras mundiales. Por supuesto que durante la visita de Peña Nieto a Londres no podían estar ausentes las pancartas de “Nos faltan 43” o las de “Vivos se los llevaron. Vivos los queremos”.

No obstante, eso no afectó la complicadísima agenda bilateral que abarcó finanzas, economía, energía y educación.

De la noche a la mañana México se convirtió potencialmente en el socio más importante del Reino Unido en América Latina. ¿Qué saben los británicos que una parte de la opinión pública mexicana no quiere creer?

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