CIBERMEDIACIÓN: EL FUTURO PARA LA ATENCIÓN DE LOS PROBLEMAS

No podemos seguir haciendo las cosas como antes de la pandemia.

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La cibermediación es un concepto que evoca dos grandes temas de los últimos tiempos: la mediación como un procedimiento no jurisdiccional, voluntario, flexible, empático y pacífico que tiene como fin resolver los conflictos de las personas de la manera más accesible; y, por otro lado, lo cibernético, referente a los sistemas de control y comunicación con base en la retroalimentación —que soporta e impulsa la computación— particularmente de esa relación con los seres humanos.

A este concepto también se le denomina como mediación en línea. Sin embargo dentro del desarrollo de los Online Dispute Resolution (ODR, movimiento a nivel internacional) consideramos idóneo referirnos como cibermediación, incluso por el contexto del mundo globalizado que ahora vivimos y por los mismos alcances del concepto.

Hoy, y con la pandemia en curso, la cibermediación toma un mayor valor para las personas y las empresas porque no solo permite quedarse en casa o en los lugares de trabajo sino que reduce los costos, tanto de traslados como los derivados de la actividad judicial. Además los tiempos se reducen porque dejar de trabajar o no generar más ingresos es una situación que no nos podemos permitir por la misma crisis económica.

La cibermediación es un nuevo proceso de mediación en el que se incorporan todas las nuevas tecnologías y, por lo tanto, también se genera una cultura de la mediación entre las partes. Esto viene a repensar y de cierta manera a cambiar la forma en la que resolvemos los conflictos; es decir, dejar esa mentalidad de la confrontación para pasar a una cultura de la colaboración en la que todas las personas intervinientes deben ser conscientes de que no solucionar un conflicto puede derivar en un conflicto mayor y alcanzar niveles de violencia.

Prácticamente podemos aplicar la cibermediación en cualquier esfera de la vida de las personas: en situaciones de arrendamientos de casa habitación, de locales comerciales, de contratos de compraventa civiles o mercantiles, despidos laborales, conflictos escolares, créditos, cuestiones hereditarias, convenios sobre guarda y custodia, pensiones alimenticias, etcétera.

Futuro

Por otro lado, la cibermediación nos puede también ayudar a prevenir estos conflictos y que no escalen a un punto donde no haya retorno, es decir, como un instrumento o procedimiento preventivo con la idea de generar las circunstancias para no perder la comunicación y facilitar la convivencia de las partes. Todo en pro de un ambiente armónico y que, de generarse un conflicto, este sea lo más accesible posible.

A manera de corolario consideramos que para la mejor eficiencia de este procedimiento en línea es importante contar con técnicas, habilidades e infraestructura necesaria para llevar a cabo estos procesos, tanto en materia de mediación como cibernéticas; verbigracia, habilidades del mediador, la escucha activa, la empatía, las preguntas, las redes sociales, WhatsApp, la plataforma especial para llevar a cabo las mediaciones, entre otros.

La cibermediación es el futuro porque además de resolver los problemas de las personas, de las empresas o gobiernos maximiza tiempo y reduce costos. Qué mejor forma de resolver una controversia comercial donde las partes se encuentren en distintos estados o naciones, pero con el uso de las redes y tecnologías evitar todos los costos de traslados, hospedajes y demás, y que esto se resuelva mediante diversas sesiones por videollamadas y en la plataforma de mediación. Y la mejor forma para generar un ganar-ganar para todos acompañado de la tecnología.

No podemos seguir haciendo las cosas como antes de la pandemia. Recordemos la famosa frase de Gandhi: “Sigamos con la filosofía del ojo por ojo durante mucho tiempo y acabaremos todos ciegos”.