“DEFENDER LOS DERECHOS DE LAS MUJERES DENTRO Y FUERA DE PRISIÓN”

Lo Que Yo Quiero con Beatriz Maldonado Cruz

Martha Mejía
Columnas
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Beatriz Maldonado Cruz, activista y fundadora de la asociación civil Mujeres Unidas por la Libertad, platica sobre los problemas que enfrentan las mujeres presas en cárceles, así como de las complicaciones que se derivan del sistema penitenciario en México.

—¿Qué es Mujeres Unidas por la Libertad?

—Somos una asociación civil constituida por mujeres que estuvimos privadas de la libertad dentro del sistema penitenciario mexicano. Luego de nuestro paso por la cárcel nos unimos y levantamos la voz en defensa de los derechos humanos de las mujeres dentro y fuera de prisión.

—¿Qué problemáticas enfrentan las mujeres en prisión?

—Hay diversas. La primera y una de las más urgentes de visibilizar es la restricción de los insumos de higiene personal, principalmente los relacionados con el ciclo menstrual. También los relacionados con la falta de productos de limpieza, vestido, calzado; la alimentación es terrible; el servicio de salud es pésimo: no hay medicamentos, no hay sicólogos ni tratamientos, por ejemplo, para cáncer cervicouterino o mamario… Es más: ni siquiera existen estudios clínicos para detectar este tipo de enfermedades. Realmente es lamentable que este sector sea abandonado por el Estado.

—¿Qué tan difícil es reiniciar la vida en la sociedad?

—Muy difícil. Pasa que cuando finalmente obtienen la libertad muchas mujeres ya lo han perdido todo: a sus familias, sus esposos las han abandonado y se han buscado otros hogares. Muchas salen de los centros penitenciarios y no tienen a dónde ir. El estigma de delincuente está con ellas siempre presente.

Expuestas

Añade Maldonado que “si a lo anterior le sumamos que cuando alcanzas la libertad anticipada tienes que acudir a firmar y hasta que no termines ese proceso puedes empezar el trámite para recuperar tus documentos de identidad, entonces no tienes ni documentos, ni un techo bajo el cual dormir y en casos más extremos ni siquiera qué comer. Por estas razones las mujeres que recién obtienen su libertad están muy vulnerables y expuestas a ser víctimas nuevamente de grupos delictivos, ya sea para reincidir, vender drogas o prostituirse. Las mujeres al no contar con este apoyo o con algún tipo de acompañamiento vuelven a prisión, pero ahora por delitos mucho más fuertes”.

—¿Cómo ayudan a estas mujeres a través de su asociación?

—Por medios de Mujeres Unidas por la Libertad les brindamos, dentro de nuestras posibilidades, el acompañamiento. Antes de salir (sobre todo si se trata de una libertad anticipada) les preguntamos si tienen familia o algún lugar a dónde pueden ir y quedarse al menos un par de días. Hemos pagado hoteles para que después y con calma se busque a los familiares y se les acompañe para la obtención de sus documentos.

En este sentido, “estamos solicitando un espacio para convertirlo en un albergue, para que en ese lugar se pueda dar acogida a todas estas mujeres, ya que actualmente no hay recursos para este sector tan vulnerable”.

Dicho albergue también contará con programas estructurales para la reinserción social: “Estamos hablando de hasta seis meses de acogida para que en ese tiempo se les proporcionen herramientas suficientes para que puedan reiniciar su vida. Por ejemplo: contención sicológica o talleres para que puedan emprender y obtener un autoempleo. Lo que hemos visto es que al Estado no le importa que las mujeres salgan y vuelvan a reincidir y que este sea un círculo vicioso. Este tema ya lo expusimos en la Secretaría de Gobernación y con autoridades capitalinas. Estamos en espera de sus respuestas”.