“DIFUNDIR INFORMACIÓN EN LENGUAS INDÍGENAS SOBRE DERECHOS SEXUALES”

Martha Mejía
Columnas
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Jessica Ivonne García Zarate, integrante de la Red Oaxaqueña de Mujeres Indígenas Trenzando Saberes, conversa sobre la importancia del conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos para los jóvenes de comunidades indígenas.

—¿Cuáles son los principales problemas en torno del género que enfrentan las mujeres indígenas en Oaxaca?

—La discriminación, sobre todo en cuanto a su vestimenta; la falta de oportunidades; y el acceso a los medios de comunicación pero desde su lengua. Hay otras que tienen que ver con las condiciones geográficas. Por ejemplo, la falta de servicios médicos por cuestiones de territorio, ya que Oaxaca tiene más de 570 municipios. Entonces las cuestiones de territorio y distancia nos llevan a no poder acceder siquiera a un servicio de salud.

—¿En qué consiste la campaña Viviendo nuestros derechos sexuales en comunidad, que lanzaron junto con el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB)?

—Es una realidad que las personas indígenas enfrentan diversas barreras para conocer y acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva. Por ello se desarrollaron una serie de microhistorias en cápsulas radiofónicas en nueve lenguas indígenas, entre ellas ayuuk, diidxazá y ombeayiüts de Oaxaca; tsotsil y tseltal de Chiapas; así como maya de la Península de Yucatán. Se trata de microhistorias entrelazadas que ilustran el proceso de descubrir y vivir la sexualidad, así como los derechos que la acompañan. La campaña se puede consultar en las plataformas digitales y cuentas oficiales del ILSB.

—¿Por qué es importante que esta información llegue a esas comunidades?

—Estadísticamente 35.1% de las adolescentes indígenas no conoce ningún método anticonceptivo. Este porcentaje aumenta cuando las mujeres solamente hablan una lengua materna y viven en una comunidad territorial distante. Pero también es importante para que las personas jóvenes conozcan sus derechos y los puedan exigir, acudir a las instituciones correspondientes a demandar por ejemplo información o servicios de salud sexual.

Retos

Esta campaña, puntualiza García, “también busca incidir en la disminución del embarazo adolescente, puesto que entre 1990 y 2020 en la mayoría de las entidades federativas se incrementó el número de embarazos en niñas y adolescentes de diez a 14 años, con el mayor volumen en 2020 en Chiapas, Estado de México, Veracruz, Puebla y Michoacán”.

—¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan al llevar a cabo esta campaña de información?

—El primero es que no existe una plataforma de información veraz y actualizada, por ejemplo, de cuántas mujeres indígenas hablan una lengua o cuántas tienen acceso a un método anticonceptivo. El Estado no desarrolla este tipo de investigaciones. Lo que se sabe al respecto es porque las ONG y otras instituciones privadas llevan a cabo algunos conteos. El segundo es que hay una resistencia muy marcada por parte del gobierno a querer producir algún material en lenguas indígenas: piensan que no es necesario.

En este sentido, dice, “desafortunadamente muchos de los actores que forman parte de estas instituciones no tienen un cargo público fueron puestos al azar, sin tener conocimiento previo del tema y de lo que se requiere. Una última cuestión es la asignación de recursos: los pocos que hay se asignan para ‘planes institucionales’, pero cuando quieres consultar la información resultante de los planes te informan que esta no está disponible o no existe”.