Guerrero, efectivamente, no fue Suiza

 El mensaje fue muy claro: el zorro no debe permanecer dentro del corral de las gallinas.

Aguirre no estuvo a la altura
Foto: NTX
Lourdes Mendoza
Columnas
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Tal vez pocos se acuerden de la XXXI sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que se celebró el 31 de octubre de 2011: justo ahí el entonces presidente Felipe Calderón reprochó a los gobernadores su falta de compromiso para concretar la depuración de los cuerpos policiacos, afirmando que no había policías confiables. El mensaje fue muy claro: el zorro no debe permanecer dentro del corral de las gallinas.

Y entre la serie de excusas que en aquel entonces los gobernadores daban para no cumplir el plazo de la depuración de las policías, particularmente una llamó la atención, la del hoy ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, quien aseguraba que las expectativas para mejorar las corporaciones policiacas de México eran limitadas e inclusive declaró que no debían aspirar “a tener una policía como la de Suiza o alguno de los países avanzados”.

Lo que son las cosas, pues los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa fueron aprehendidos y entregados por las policías municipales de Iguala y Cocula, que no solamente no eran confiables sino que según informes de la autoridad federal estaban coludidas con el crimen organizado.

Otro hecho que llamó la atención fue que en esa misma sesión entre los gobernadores que se opusieron rotundamente a los dichos de Aguirre destacó el jefe del Ejecutivo de Nuevo León, Rodrigo Medina, quien argumentó que en su estado estaban practicando el polígrafo a todos los policías e inclusive reconoció que el proceso era difícil, pero era el camino y no había otro.

Diferencias

Y mire nada más los caminos que ambos estados tomaron, pues los pretextos de Aguirre colocaron a Guerrero como el estado más violento en 2013, ya que tuvo la tasa más alta de homicidios dolosos (69.57 asesinatos por cada 100 mil habitantes, cifra 265.11% superior a la media nacional). Más aún: en este 2014 es el segundo estado más violento, sólo atrás del Estado de México, con 63 homicidios por cada 100 mil habitantes.

En cambio Nuevo León, que le apostó a depurar a su policía, mostró una mejora considerable en seguridad, puesto que logró reducir hasta en 75% el índice delictivo, cifra que representa la reducción de igual porcentaje en la comisión de homicidios, además de la desarticulación de 57 bandas y la detención de dos mil 980 delincuentesen el periodo enero-septiembre de 2014. Vaya diferencia tan abrumadora.

Tal vez Ángel Aguirre tenía razón en no aspirar a una policía de primer mundo, pues para ello se necesitaba un gobernador a la altura y nunca fue así. Bueno, ni siquiera cerca estuvo de ser al menos eficiente.

Y como estilo mata carita…

Quienes seguramente van a estar muy escondiditos serán Los Chuchos perredistas, pues ya les empezaron a cobrar la factura política que les toca de Ayotzinapa. Prueba de ello fue la forma en que literalmente echaron a Jesús Zambrano, entre gritos de “asesino”, de la UNAM. Ya saben lo que dicen: crea alcaldes y échate a dormir

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