Faltan aún dos semanas, más bien poco más de 15 días, para las elecciones intermedias y todo indica que estamos muy lejos del carro completo que apenas hace unos meses se pronosticaba para Morena en estos comicios.
Y aunque ya falta poco para el desenlace, lo que pueden todavía dar de sí estas campañas podría superar el horror de las muertes de candidatos, la guerra sucia y las intromisiones presidenciales.
Porque en Palacio Nacional saben que las cosas no les están resultando para que puedan conservar su mayoría en el Poder Legislativo y no parece que vayan a escatimar esfuerzos en usar todo lo que esté a su alcance (como ya lo hacen) para intentar revertir los malos resultados que desde ahora se avizoran en esos estados que hoy sabemos que le importan mucho al presidente, y más aun en varias alcaldías de la Ciudad de México donde pensaban que la tenían papita, pero el derrumbe del Metro en la Línea 12 les vino a confirmar que del plato a la boca a veces se cae la sopa.
Los antecedentes más inmediatos tampoco son buenos para Morena: ahí tienen al PRI, ese sí con carro completo en el Congreso de Coahuila y con 32 alcaldías de Hidalgo en las dos elecciones de 2020.
A ello habrá que sumarle la más reciente encuesta de El País que desde ahora anticipa que Morena perderá la mayoría en la Cámara de Diputados, conservando 230 de las 256 curules que ganó en 2018, lo cual le obligará a necesitar de sus flamantes aliados como el PVEM —que al parecer pasaría de once a 53 diputados en la próxima legislatura federal— para poder sacar adelante los proyectos de la 4T en lo que resta del sexenio.
A fin de cuentas lo que se juega en estos comicios es una disyuntiva trascendental: o mantenemos este país que concentra todas las decisiones en un solo hombre o votamos por una nación de pesos y contrapesos que limite ese centralismo presidencial. Solo el tiempo lo dirá.
Alianza tóxica
Donde también saben muy bien de la trascendencia de las elecciones es en Sinaloa, donde Morena y el Partido Sinaloense (PaS) pactaron una alianza que ya está sacando chispas.
Resulta que desde ahora el dirigente del PaS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, ya anda anunciado un cogobierno con el candidato morenista, Rubén Rocha Moya, en caso de ganar las elecciones.
Cuén Ojeda grita a los cuatro vientos que “no es empleado de nadie”, al grado tal que entre los sinaloenses ya se preguntan: ¿quién es el candidato, Cuén o Rocha?
Estilo mata carita
Pero también está Hank Rhon en Baja California, quien tildó de basura a Lupita Jones, sin mencionar otras joyas misóginas que ha proferido este señor.
¿Qué se pensarán los partidos al postular personajes de esta calaña sin ningún respeto por la mujer?