Al revisar con minuciosa atención el estudio elaborado por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México sobre el colapso de la Línea 12 del Metro me he podido dar cuenta de que la pugna política que subyace a este caso podría tener como desenlace que los familiares de las víctimas nunca puedan recibir justicia.
En el informe presentado por la firma noruega DNV el 7 de septiembre existe material videográfico captado por drones el 19 de diciembre de 2019 que documentan una significativa separación entre las vigas norte y sur en el tramo que colapsó.
Pero por increíble que parezca el 14 de octubre la Fiscalía de la CDMX presentó los resultados de sus “investigaciones”, en los que asevera que no habría sido posible prevenir la tragedia mediante trabajos de mantenimiento.
Es decir, exime al actual gobierno capitalino de toda culpa pese a la evidencia sobre el daño evidente que desde 2019 ya presentaba la estructura.
Pero aún hay más, puesto que si bien la Fiscalía afirma que su investigación fue independiente respecto de las pesquisas realizadas por la empresa noruega, hay evidencia de que estuvieron vinculadas porque las muestras tienen etiquetas de ambas instancias; es decir, que las manipularon tanto la FGJCDMX como DVN, pese a que según la Ley Orgánica de la Fiscalía de la CDMX solamente el Ministerio Público puede tener acceso a los registros de investigación. ¡Quihúboles!
Esta irregularidad viola el debido proceso y podría dejar sin validez la investigación.
Los mismos de siempre
En otro tema, se aprobó la Miscelánea Fiscal 2022, no sin pleitos ni sombrerazos en el Poder Legislativo. Fue evidente que el partido mayoritario no escucha a la oposición y lo aprobado podría resultar incluso contraproducente para el propio partido del presidente.
Y es que mientras Morena gobernaba en siete entidades antes de la elecciones de este año, el presupuesto que ahora tiene que administrar y repartir deberá ser suficiente para mantener contentas a 18 entidades que hoy gobierna, pero no parece que eso sea posible dado el modelo centralista del gobierno federal, que prioriza los programas sociales antes que el gasto de las entidades federativas.
Es así que pese a las críticas constantes del actual presidente a los gobiernos del pasado, la actual administración seguirá el mismo camino que sus antecesores: cargando la mano a los contribuyentes de siempre, renunciando a ampliar la base gravable para hacerse de más recursos.
Estilo mata carita
Para terminar, solo tome nota de que diputados del PAN exigen que el fiscal general de la República deje de utilizar a la Fiscalía “como garrote para venganzas personales”, en alusión al encarcelamiento ilegal de Alejandra Cuevas. Así las cosas.