ZONA MACO 2020 Y EL EPISODIO LESPER

Una pieza mal lograda técnicamente.

Masha Zepeda
Columnas
Foto: Especial
Foto: Especial

En 2003 se llevó a cabo la primera emisión de Zona Maco, fundada por la regiomontana Zélika García inspirada en las grandes ferias de arte en todo el mundo: desde entonces esta feria anual se ha fortalecido convirtiéndose en punto de reunión de galerías nacionales e internacionales, así como de especialistas, críticos, curadores, especialistas y, por supuesto, artistas.

Zona Maco nació con especial inspiración en la Feria Arco de Madrid, España, después de que en 2005 se dedicó a México, siendo la capital española un sitio gigante de reunión de las artes visuales de nuestro país.

En lo personal Maco no me acaba de convencer: creo que hay demasiada frivolidad y poco contenido real en cuanto al espíritu de la creación. Y en esta última emisión, por un incidente grave y serio por primera vez tiene una interacción con el gran público y una dinámica real en prensa.

Recapitulemos los hechos: la controvertida crítica de arte Avelina Lésper visitó la Feria Zona Maco 2020. En el pabellón de la galería Ortiz Monasterio acercó su lata de refresco a una obra de Gabriel Rico que consistía en un vidrio colgando con algunos objetos. Un segundo después la obra se desplomó ante la mirada de todos los que iban pasando y se destruyó totalmente, toda vez que el vidrio chocó con el piso. El dueño de la galería saltó en pos de Avelina, quien estaba petrificada. Hay quien dice que quiso huir, yo no lo creo. Ella se defiende diciendo que no tocó la pieza ni destruye obras (sí critica y a veces deshace obras y artistas, pero no se va contra las piezas), que lamentablemente le tocó a ella este suceso. Y analizando todo, le creo: esa pieza tarde o temprano se vendría abajo ya que no estaba bien construida para cargar un vidrio colgante.

Señal

Respeto a Avelina Lésper y lamento todo lo que ha sucedido pero no estoy de acuerdo ni en denigrarla públicamente por medio de las redes sociales ni en burlarse de ella. Creo que nadie se merece ese maltrato.

Los artistas pueden usar cualquier material para materializar sus obras pero deben tener total control en la técnica y asegurarse que no se desvanecerá por la cercanía de un objeto o una persona, a menos que sea arte efímero, que no es el caso de esta pieza tan mal lograda técnicamente.

Pero lo real es que este incidente envía una señal para todas las ferias de arte en el mundo y la integridad de las piezas que las conforman.