“ABRIR CAMINO PARA OTRAS TAMBIÉN ES PARTE DE LA PELEA”

Paloma Trejo
Columnas
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Campeona nacional de muay thai en la categoría minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), Paloma Trejo Galván ha roto barreras en un deporte tradicionalmente dominado por hombres.

Contadora, egresada de la UNAM, combina su carrera con su faceta de madre y peleadora profesional, convirtiéndose en un ejemplo de disciplina, constancia y empoderamiento femenino.

—Felicidades por el campeonato. ¿Cómo fue la pelea?

—Gracias. Fue un combate duro y muy intenso. Dominamos los cinco rounds y por eso nos favoreció la decisión. No es solo un triunfo en el ring, sino en toda mi carrera: la experiencia acumulada en peleas anteriores, incluyendo enfrentamientos previos con Daniela (Esquivel) en campeonatos estatales, fue clave. Como hay pocas mujeres en este deporte, muchas veces terminamos compitiendo varias veces entre las mismas rivales, lo que hace cada pelea aún más estratégica y significativa.

—¿Cómo fue su camino hasta llegar aquí?

—Comencé en amateur, con unos 15 combates que me enseñaron disciplina y estrategia. Hace cuatro años pasé al profesionalismo, donde llevo siete victorias y seis derrotas. En el muay thai se avanza por niveles: C, B y A, hasta llegar al profesionalismo, donde ya no se usan protecciones. Cada pelea es una oportunidad para aprender y superarse.

—Como mujer, ¿qué significa abrir camino en un deporte que hasta hace poco se consideraba masculino?

—Al principio éramos muy pocas mujeres en los gimnasios; en un grupo de 20, quizá tres éramos mujeres. Estar ahí y competir demuestra que podemos ocupar estos espacios, romper tabúes y darnos herramientas para defendernos. Es un mensaje de empoderamiento: las artes marciales no solo nos entrenan físicamente sino que también nos fortalecen emocionalmente.

Escuela para mujeres

—¿Qué papel ha tenido la UNAM en su formación?

—Estoy muy agradecida con la UNAM. Me dio formación académica y también herramientas para enfrentar la vida y los retos. He participado como sinodal en exámenes de kickboxing y como ponente en el Dual Meet, apoyando el empoderamiento femenino en las artes marciales y promoviendo que más mujeres se atrevan a competir y a ocupar espacios de liderazgo.

—¿Cómo comenzó en este deporte?

—Por mi hijo. Lo acompañaba a entrenar y un día me dijo: “Mamá, métete conmigo”. Lo que empezó como un momento de convivencia se convirtió en mi carrera deportiva. Hoy él también es peleador profesional y seguimos entrenando juntos, apoyándonos mutuamente.

—¿Qué sigue para ti después del título nacional?

—El objetivo ahora es un campeonato internacional y continuar defendiendo el título nacional. Cada combate es una oportunidad de crecer, mostrar que las mujeres podemos competir al más alto nivel y motivar a más niñas y jóvenes a seguir este camino.

—Más allá del deporte, ¿qué mensaje daría a otras mujeres?

—Quiero abrir una escuela de artes marciales solo para mujeres. No se trata únicamente de competir: nos da seguridad, confianza y empoderamiento. Siempre digo que más vale saberlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no saberlo. Invito a niñas y mujeres a ocupar los gimnasios, descubrir su fuerza, romper estigmas y abrir caminos para otras.

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