DOCUMENTAN CAMBIOS CLIMÁTICOS EN SEDIMENTOS DE LAGOS

“El estudio de sedimentos es una práctica relativamente nueva en México”.

J. Alberto Castro
Columnas
CIENCIA

Después de estudiar y documentar en ambientes lacustres los cambios climáticos que han ocurrido en los últimos dos millones de años, la doctora Margarita Caballero Miranda, jefa del Departamento de Geomagnetismo y Exploración del Instituto de Geofísica, advierte de un futuro desolador para nuestra especie.

Y también para nuestro planeta, agobiado por un calentamiento global extremo, solo comparable al que extinguió a los dinosaurios o el que provocó el abandono de ciudades mayas clásicas de Palenque y Cobá y de urbes del centro de México como Tajín, Xochicalco o Cacaxtla, en el contexto de un cambio climático muy rápido y atizado por una devastadora sequía.

El impacto de un meteorito hace unos 65 millones de años en la actual zona de Yucatán provocó una serie de catástrofes que desembocaron en un cambio climático dramático que acabó con los dinosaurios, según una investigación aparecida en la revista Nature.

Al respecto, la investigadora de la UNAM dice a Vértigo que “los cambios climáticos del pasado que llevaron a la desaparición de los dinosaurios o las glaciaciones tomaron mucho tiempo, millones de años. Por el contrario, hoy tenemos en nuestro planeta un cambio climático igual de dramático, pero a mayor velocidad”.

Por ejemplo, puntualiza, “la temperatura global promedio en la Tierra ya ha aumentado 1.1° Centígrados desde finales del siglo XIX. Y mis colegas afirman que, con base en los acuerdos climáticos actuales, los aumentos de temperatura pueden llegar a 2.5° C a finales de siglo”.

La Tierra, explica, “ha tenido cambios climáticos muy intensos comparables con el actual (lo mismo de enfriamiento o calentamiento), pero siempre se ajusta y amortigua el cambio, se autorregula en momentos de grandes cambios en la composición de los organismos que la habitan. Hay extinciones y cambio de biota; los dinosaurios y trilobites desaparecen y aparecen los mamíferos. Incluso tenemos evolución rápida de los organismos con nuevas líneas filogenéticas o algunas líneas que ya existían y eran poco abundantes se vuelven preponderantes”.

Entregada al 100% a la investigación desde el principio de su carrera científica, a la bióloga por la UNAM y la Universidad de Hull le atrajo la inquietud de que en los sedimentos lacustres de la Ciudad de México se podían encontrar registros de cambio climático.

Recuerda que en esa época no había en el país nadie que trabajara con herramientas o métodos para obtener tales datos; entonces, más adelante junto a otros colegas, tuvo que diseñarlos y comenzar a hacer las primeras perforaciones y análisis.

Con el tiempo la doctora Caballero confirmó que los sedimentos son importantes porque son un archivo geológico único; los lagos son entornos de sedimentación continua, es decir, en el fondo se acumulan cada día restos de organismos acuáticos que cuando mueren por gravedad van al fondo y junto con el lodo que entra con el agua de ríos y de la lluvia forman capas.

“Es interesante lo que nos puede decir un sedimento sobre cambio climático, porque una de las cosas que vemos es que las especies van y vienen. Estas migraciones se han estudiado en animales y en plantas; ahora también las hemos encontrado en seres más pequeños, como el caso de las diatomeas o algas microscópicas del lago de Chalco, que son las que estudio y que nadie más había documentado. Hay especies que viven actualmente en los grandes lagos de Estados Unidos y Canadá; sin embargo, hace 25 mil años estaban muy contentas en la Cuenca de México, pero migraron hacia el norte al terminar la última glaciación”, testifica.

De sus hallazgos recuerda que con base en sus registros de sedimentos dedujo que en la Cuenca de México hace 25 mil años, durante la última glaciación, la temperatura descendió en el orden de entre 4 y 5 grados C.

Reconstruir eventos

“En el lago de Chalco, por ejemplo, tenemos casi medio millón de años de sedimentos que nos permiten reconstruir la historia de todo este tiempo. Lo que sabemos es que la actividad volcánica en la Cuenca de México permitió la formación de los lagos y en este tiempo hubo varios momentos en que el clima se volvió frío y dio paso a las glaciaciones. Estos son registros extraordinarios de difícil acceso, porque necesitamos perforar con técnicas y herramientas especiales para recuperar los sedimentos tal cual, sin alterarlos, para hacer los estudios pertinentes”, cuenta.

Asumiéndose en el papel del detective que indaga con un método innovador, también ha observado el efecto del actual calentamiento en los ecosistemas lacustres. En un cuerpo de agua entre los 15 y 20 metros de profundidad se encuentra la termoclina, que es una barrera natural que separa el agua caliente de la fría; pero con el cambio climático se ha visto que este límite se mueve hacia arriba, lo que genera que en la columna de agua haya poco oxígeno y, por consecuencia, exista mortandad de animales acuáticos como peces.

Explica que hay cambios climáticos donde las precipitaciones descienden y originan sequías desastrosas; ella y su equipo pueden reconstruir estos eventos climáticos que derivan en periodos largos de tiempo donde las sequías son preponderantes; en esas épocas los lagos tenían niveles más bajos y se registraba un clima más seco del normal.

Ahora bien, al cruzar esta información con los procesos culturales de una antigua civilización, sostiene Caballero, se tienen evidencias de una sequía ocurrida hacia el año 800 después de Cristo, un conjunto de sequías superlativas que afectaron al mundo de ese tiempo y en particular el desarrollo de las culturas prehispánicas en México asociadas al periodo clásico, cuando los pueblos dominantes eran teotihuacanos y aztecas.

Poca gente lo sabe, pero este cambio climático y las sequías estuvieron asociados a cambios demográficos y culturales registrados en todo el mundo. Concretamente en Mesoamérica entre 800 y 1000 dC la condición de sequía provocó que ciudades del centro de México como Tajín, Xochicalco, Cacaxtla o Cantona fueran abandonadas por sus pobladores.

Lo mismo ocurrió con ciudades mayas clásicas como Palenque y Cobá —regiones en las que sus antepasados habían prosperado—, abandonadas hacia el año 1050 dC y cuyos habitantes se dirigieron en tropel hacia la costa del Caribe o a otras fuentes de agua, tales como lagos y sumideros. Esta última fue una de las catástrofes sociales y demográficas más profundas en toda la historia de la humanidad.

Orgullosa de los resultados de sus investigaciones, la docente señala que el estudio de sedimentos es una práctica relativamente nueva en México, por lo que el trabajo que realizan en el Laboratorio de Paleolimnología contribuye a “llenar huecos” en la historia de la región e incluso antes del impacto humano.

Lo trascendente en las indagaciones de Caballero es cómo del fondo de los lagos rescata las historias de los climas imperantes en distintas épocas de la vida en nuestro planeta. Aún más importante es poder explicar los cambios climáticos y su impacto en los ecosistemas. Igualmente valioso es el diagnóstico de nuestros ecosistemas acuáticos, la cabal comprensión de los procesos evolutivos y así contribuir a generar políticas y acciones ambientales orientadas a preservar la vida en la Tierra y evitar la extinción de nuestra civilización.

Falsedades sobre el cambio climático

• Falso Un video en español en TikTok con miles de visitas sugiere erróneamente que el cambio climático provocado por el ser humano no es real. Innumerables páginas de internet lo repiten una y mil veces.

• Verdadero La evidencia científica dice algo diferente: la temperatura global promedio en la Tierra ya ha aumentado 1.1° C desde finales del siglo XIX.

Los científicos lo vinculan de manera concluyente con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) que libera Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera.

• Falso En la red social X circulan tuits que describen erróneamente el calentamiento global como un proceso “natural” sobre el cual los humanos tienen poca o ninguna influencia. Esta afirmación la hacen a menudo usuarios de las redes sociales que cuestionan el papel del ser humano en el cambio climático.

• Verdadero Diversos grupos científicos han demostrado de manera concluyente que sin los humanos quemando combustibles fósiles la actual tendencia al calentamiento no habría tenido lugar.