No hace mucho Roger Federer, el mejor tenista de todos los tiempos (no solo por su gran palmarés sino también por su clase en las canchas), le dijo adiós al profesionalismo. Aquel día en el que el suizo decidió colgar la raqueta fue triste, puesto que como aficionados al deporte, pero particularmente al tenis, un gran vacío quedó ahí.
Eso al margen de que hoy seguimos disfrutando de otro grande como Novak Djokovic, lo que queda de Rafael Nadal —que está a nada del retiro— y otros, particularmente jóvenes.
Y precisamente si uno voltea a ver el ranking de la ATP notará que hay una buena cantidad de jóvenes en el Top 20, la gran mayoría buscando reemplazar al famoso Big Three del tenis (Federer, Djokovic y Nadal), pero no les ha alcanzado. Esto no quiere decir que sean malos: simplemente su nivel no les da para llegar a las estrellas. Aunque hay una pequeña excepción, un tenista cuyo nombre empieza con “C” y termina con “s”; de él, le contaré un poquito más adelante.
Regresando al punto y, por ejemplo, sigo esperando más del griego Stefanos Tsitsipas, del croata Borna Coric, del germano Alexander Zverev o del noruego Casper Ruud, solo por mencionar algunos.
De los jugadores mencionados y otros se decía que iban a ser parte de la brillante Next Generation, pero todo quedó en promesa.
La excepción
De manera inesperada apareció un “niño” llamado Carlos Alcaraz, aunque le dicen Carlitos. Este tenista español venía haciendo ruido en categorías juveniles. A mí varios colegas, particularmente españoles, ya me habían dado grandes referencias de él, pero sinceramente ese background lo tomé con mucha reserva porque, ya le digo, de otros tenistas se había hablado mucho pero no dieron o no han dado el “estirón”.
Un buen día, en la edición 2021 del Abierto Mexicano de Tenis, tuve la oportunidad de ver entrenar a Alcaraz, quien contaba en ese momento con 17 años, y lo primero que le valoré fue su enorme capacidad de pasar fácilmente de la defensa al ataque, además de su rapidez. Dije: “Este chico es diferente”, y lo expresé así porque he estado cerca del juego de otros tenistas y no me despertaron la misma emoción.
Es más, aunque Alcaraz quedó eliminado pronto en aquel abierto mexicano ante el alemán Alexander Zverev, seguí con la idea de que era un tenista con ángel.
Tiempo al tiempo, los años han pasado y hoy a sus 19 primaveras don Carlos Alcaraz ha dejado al mundo del tenis con la boca abierta. En muy poco tiempo dentro del profesionalismo se convirtió en el tenista más joven del ranking masculino en ganar un Grand Slam (US Open 2022) desde que Nadal se coronó en Roland Garros en 2005. Esto lo llevó al número uno, siendo también el tenista más joven en lograrlo desde que se estableció la clasificación en 1973.
Eso no es todo. Cuando todo mundo pensaba que el serbio Novak Djokovic estaba en modo invencible, se topó con Carlitos en la gran final de Wimbledon. Ambos ya venían de enfrentarse en las semifinales de Roland Garros, donde Nolemostró su jerarquía.
Dicen que lo bonito del deporte son las revanchas y el de Murcia tomó la suya dejando al serbio como estatua en sagrado césped de la cancha central del All England Lawn Tennis and Croquet Club. Era su segundo título de Grand Slam.
Todo hace indicar que Alcaraz será el próximo gran exponente del tenis masculino, que llegará más lejos que Nadal, Federer o Djokovic, porque su tenis es impresionantemente competitivo y genuino. Lamentablemente, parece que se va a devorar el circuito solo, pues no se ve quién de sus contemporáneos le haga sombra.