CLAUDIA SHEINBAUM Y LOS LIDERAZGOS DEL GRUPO DE PUEBLA

“Su objetivo es la articulación de líderes progresistas con vocación de cambio”.

Samuel Rodríguez
Columnas
CLAUDIA SHEINBAUM

La participación de Claudia Sheinbaum en la reunión del Grupo de Puebla, que se realizó en el estado que gobierna Sergio Salomón Céspedes Peregrina, reafirma su identificación ideológica y la adhesión de México a las directrices y objetivos de dicho grupo.

Pero para entenderlo hay que comenzar por señalar de manera objetiva que sus integrantes conforman un grupo que se opone a los intereses de la administración estadunidense, como lo hace evidente la participación destacada de los gobiernos de Venezuela y Cuba.

Ello, sin duda, a partir de que México mantiene un tratado comercial con EU y Canadá, pudiera considerarse riesgoso; pero no es así, ya que llegado el momento durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador e incluso en otras etapas del pasado la diplomacia del país ha permitido superar las eventuales diferencias.

Sin embargo, es evidente que la presencia de Sheinbaum en su calidad de coordinadora de la Defensa de la Transformación en el evento fue más que significativa. Sin dejar de lado el hecho de que estuvo acompañada de Mario Delgado.

“México vivió un despojo a la nación con las reformas estructurales del gobierno neoliberal”, expuso Sheinbaum durante su participación en el IX Encuentro del Grupo de Puebla 2023, donde resaltó que “fue hasta que la 4T llegó al gobierno como se logró estabilidad económica”.

Además, aseguró que “durante 36 años en la historia reciente de México regímenes antidemocráticos se indujeron con diversos mecanismos, con fraudes electorales descarados, hasta que en 2015 se toma la decisión de nuestro movimiento por crear un partido”.

Y recordó cómo los gobiernos anteriores al del presidente López Obrador buscaron privatizar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) para entregar los bienes de la nación a manos de particulares.

Lecturas

Por otra parte, resultó por demás significativo que López Obrador, quien ha mostrado afinidad con dirigentes de países como Venezuela y Cuba, haya preferido mantener una prudente distancia respecto del encuentro del Grupo de Puebla.

Entre los participantes en el encuentro destacaron Cuauhtémoc Cárdenas; la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez; el jurista español Baltasar Garzón; Evo Morales, expresidente de Bolivia; Ernesto Samper, expresidente de Colombia; el expresidente de Ecuador, Rafael Correa; Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático en Argentina; Marco Enríquez Ominami, político chileno; Martín Torrijos expresidente de Panamá; y José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente de España.

El Grupo de Puebla define que su objetivo es la articulación de líderes progresistas con vocación de cambio y acción política, comprometidos con la integración y el desarrollo de Latinoamérica.

En el fondo la asistencia de Sheinbaum al foro, más allá de que represente algún tipo de compromiso formal, se traduce en una identificación ideológica con los integrantes del Grupo de Puebla, que tienen como un antagonista identificado al gobierno estadunidense por acciones que ha emprendido y que consideran que inciden negativamente en el desarrollo de la región.

Las lecturas son múltiples pero, de entrada, desde donde se quiera ver, fue el primer evento de corte internacional de Claudia Sheinbaum y su participación no deja lugar a dudas: se mantiene a pie juntillas en la línea discursiva de la Cuarta Transformación y tiene una identificación ideológica con los integrantes del Grupo de Puebla.