ESTUDIAN VÍA REMOTA EL IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN CALAKMUL

“Medición de GEI y de contaminantes atmosféricos desde plataformas satelitales”.

J. Alberto Castro
Columnas
CAMBIO CLIMÁTICO

La deforestación y el cambio climático alteran la capacidad de la selva amazónica de absorber dióxido de carbono: de acuerdo con un estudio liderado por la NASA y con la colaboración de varios centros de investigación internacionales, significativas áreas de la selva tropical más grande del planeta comienzan a emitir más CO2 del que absorben.

A decir de los científicos el área sureste es la más afectada, con tasas más altas de pérdida de árboles y un incremento en el número de incendios.

El estudio también demuestra que se encuentran diferencias en los flujos de carbono en función de las regiones del planeta. Concluye que “determinadas regiones actúan como sumideros limpios, reteniendo más carbono del que emiten, mientras que otros presentan una tendencia opuesta y emiten más carbono del que acumulan”. Así, los resultados de la investigación estiman que 90% del carbono que los bosques de todo el planeta absorben de la atmósfera se compensa con la cantidad de carbono liberado debido a alteraciones en el ecosistema originadas por el cambio global de usos del suelo y de las condiciones ambientales.

¿Cuáles son, a grandes rasgos, algunas de las principales regiones que actúan como sumideros de carbono? Abren este listado de bosques los de coníferas occidentales y boreales de América del Norte. Les siguen los tropicales de África, así como los subtropicales en el este de China y los boreales de Siberia oriental.

Por el contrario, algunas regiones donde se encuentran los bosques tropicales húmedos de América del Sur durante el siglo XXI han emitido más cantidad de carbono de la que han acumulado. Esto se debe en buena medida a los procesos de deforestación y degradación de los ecosistemas forestales, junto con el impacto de las sequías.

Hoy es imprescindible el estudio y monitoreo del ciclo de carbono y los impactos del cambio climático en los bosques y selvas. Por ejemplo, en zonas como la Reserva de la Biosfera Calakmul, en Campeche —la segunda selva tropical más importante de Latinoamérica, después del Amazonas—, investigadores del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM han instalado el Observatorio Mexicano del Clima y la Composición Atmosférica (OMECCA), que busca generar un mayor entendimiento sobre el ciclo del carbono y la contaminación atmosférica en México.

Los expertos universitarios sostienen que esta región con la mayor reserva mexicana de bosque tropical —más de 700 mil hectáreas— y vegetación característica es el sitio idóneo para estudiar todas las aristas de este fenómeno que ya impregna a todos los niveles nuestro día a día e implica afectaciones a nivel global.

Conscientes de la relevancia del calentamiento global y el cambio climático, este grupo de científicos del ICAyCC han emprendido la nueva aventura al establecer en el sureste mexicano un sitio de validación de datos satelitales que genere información precisa sobre la variabilidad y tendencias de contaminantes atmosféricos y Gases de Efecto Invernadero (GEI). Han elegido Calakmul por el papel de la selva tropical en los flujos de carbono y agua en la región, aspectos clave para que haya equilibrio, ya que los procesos que regulan los intercambios entre suelo, vegetación y atmósfera han sido poco estudiados.

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Conocimientos

Relata Michel Grutter de la Mora, líder del proyecto, que el laboratorio móvil está montado en un contenedor marítimo. Cuenta con equipo de punta, una torre para la instalación de una estación meteorológica y un equipo de medición de flujos entre el suelo y la atmósfera, entre otra infraestructura.

El innovador laboratorio se llevó en tráiler de Ciudad Universitaria a Calakmul, a lo largo de mil 233 kilómetros. En este momento ya funciona 100% y es monitoreado desde la UNAM en la Ciudad de México. Con la estación remota los investigadores del ICAyCC avanzarán en el conocimiento del ciclo del carbono y la contaminación atmosférica en nuestro país, algo relevante para proponer estrategias que frenen el calentamiento global, atiendan el deterioro ambiental y aminoren su impacto en la salud humana y en los ecosistemas.

La estación OMECCA permitirá profundizar en el conocimiento de los flujos de GEI y relacionar la problemática regional con la global. Su propósito es abordar la problemática del cambio climático y del deterioro ambiental. Por ello resulta imperativo monitorear el ciclo del carbono y la contaminación atmosférica, que en conjunto apoyarán a la toma de decisiones y ayudarán a conocer las implicaciones en la salud humana.

El laboratorio móvil está equipado con un rastreador solar acoplado a un interferómetro infrarrojo de alta resolución, el cual obtiene información de la luz que atraviesa la atmósfera mostrando como resultado una gráfica de la intensidad de la luz en las distintas longitudes de onda, que dan información sobre la concentración de los GEI y otros gases importantes para la química de la atmósfera. El laboratorio debe operar en superficies planas y homogéneas.

Una de las múltiples mediciones que se realizan en este laboratorio se enfoca en conocer la distribución espacial de gases atmosféricos en la columna vertical, información que sirve para validar los datos adquiridos por el sensor satelital TEMPO (Tropospheric Emissions: Monitoring of Pollution), que viaja en un satélite de órbita geoestacionaria, lo cual permite una observación continua de una misma región del planeta.

La comunidad científica y académica podrá consultar los datos obtenidos de este laboratorio móvil a través de la página de la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos (RUOA) del ICAyCC. Esta información permitirá generar sistemas de alerta temprana para detección de incendios, contingencias ambientales y otros eventos extraordinarios. Además, beneficiará a sectores como el agropecuario, hidrológico, medio ambiente, salud y económico.

OMECCA no solamente promete contribuir a la solución de problemas nacionales, sino también cumplir con compromisos internacionales. La importancia de este proyecto para México está en participar con los consorcios de otros países que proveen datos enfocados en estudios del clima, el ambiente y la conservación ecológica del planeta, y en particular con la medición de GEI y de contaminantes atmosféricos desde plataformas satelitales.

Además, el laboratorio móvil forma parte de la RUOA de la UNAM. Todos los datos generados serán libres y se pondrán a disposición de la comunidad científica y el público en general.

Sin duda, los científicos de la UNAM, a través de la innovación, han dado un gran paso para conocer más sobre los flujos de carbono en Calakmul y así impulsar soluciones con base en la naturaleza más eficaces para mitigar el cambio climático.

Imparable, el calentamiento global

El verano de 2023 fue el más caluroso registrado en el planeta y en 2022 la Tierra vivió el mes de octubre más cálido desde que comenzaron a llevarse registros hace 113 años. Este incremento de temperaturas podría alcanzar un aumento de 2.2° Centígrados frente a los niveles preindustriales en 2040 y los 3.8 en 2100, según el informe Cambio climático y medioambiental, realizado por la red Mediterranean Experts on Climate and Environmental Change (MedECC).

El veloz aumento de los GEI está cambiando el clima tan rápido, que algunos seres vivos no pueden adaptarse. En 2023, un artículo publicado en Nature Communications Earth & Environment aseguraba que de las cinco colonias de pingüinos emperador conocidas en la región del mar de Bellingshausen (Antártida), todas menos una experimentaron lo que muy probablemente fue un fracaso total de la reproducción debido a la pérdida de hielo marino, posiblemente uno de los efectos visibles del calentamiento global.