EL MUNDO ELIGE EL PRÓXIMO AÑO

Guillermo Deloya
Columnas
2024

Sin duda 2024 propone un enorme reto para la democracia a lo largo y ancho del mundo. No hay exclusividad en el ejercicio electoral al que nuestro país está citado. De hecho, en un gran cúmulo de 76 naciones se llevarán a cabo elecciones donde estará participando poco más de la mitad de la población mundial: 51% de la totalidad de los habitantes de este planeta estarán ejerciendo su sufragio en un potencial de cuatro mil 100 millones de electores.

Y coincidentemente en estos ejercicios electivos estarán en dicho escenario las ocho naciones más pobladas: Estados Unidos, Rusia, India, Brasil, Bangladesh, Pakistán, Indonesia y, por supuesto, México.

La importancia de tales acontecimientos en el próximo año se incrementa si tomamos en cuenta que estamos hablando de países que concentran 42% del PIB mundial, aunque en algunos de ellos las elecciones se estarán desarrollando en contextos de cuestionable democracia o inclusive en condiciones de franco autoritarismo, como es el caso de Rusia o de Venezuela.

Vale la pena hacer un recorrido expedito por algunos de estos casos nacionales, como también sirve recapitular sobre algunos retos que la democracia tiene en su conjunto para el año venidero.

Y por qué no empezar por Rusia, donde con toda probabilidad en la elección de marzo se tenga como un poco sorpresivo resultado el que Vladimir Putin resulte nuevamente electo. Cabe recordar que gracias a la modificación constitucional promovida por el propio Putin en 2020 es posible su permanencia en el poder hasta el lejano año de 2036. Ya existen adelantos de tan previsible resultado incluso en voces oficialistas, como la del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, quien anticipa que Putin será reelecto con más de 90% de los votos a su favor. Es aquí donde se tiene mayor preocupación por los excesos autoritarios, ya que la oposición prácticamente vive en un permanente estado de terror. Exilios obligados, desapariciones, aprensiones han sido la constante, que se marcó mucho más con la crítica por la guerra contra Ucrania. Importantes voces antisistema se han acallado, como el caso de Alexei Navalni, a quien abiertamente se le catalogaba como el enemigo número uno del Kremlin.

Postulados

Acomodamos en un segundo término a India, ya que estamos ante un padrón electoral que raya los mil millones de ciudadanos; 946 mil, para ser exactos, que aportarán su sufragio en mayo en un contexto de alta competitividad. El partido del primer ministro Narendra Modi parece aventajar, pero el Partido del Congreso, con Rahul Gandhi al frente, podría lograr la consolidación de una coalición fuerte que le haga contrapeso al BJP. Es en este país donde organizaciones independientes como Freedom House advierten de una regresión en los derechos civiles e individuales peligrosa.

Estados Unidos merecería toda una reflexión aparte. Sin embargo, además de lo que ya es ampliamente conocido, solo hay que agregar que podría darse una muy peligrosa regresión y lesiones a la democracia en la posibilidad de una confrontación electoral entre un Biden disminuido y un Trump relanzado. La elección 60 en la historia norteamericana se antoja de pronóstico reservado y de hondos riesgos hacia un noviembre que anticipa tormentas.

En América Latina debemos destacar el caso de El Salvador. Ahí un presidente, Nayib Bukele, afianzado en una popularidad a tope que encontró bases en acciones polémicas y para muchos violatorias de derechos humanos, pero que sin duda pusieron en orden a un país que se sumía en la inseguridad. A pesar de que existe la prohibición para asumir dos mandatos consecutivos, el Tribunal Supremo de ese país determinó que podría hacerlo si Bukele renunciaba al mandato actual antes de las votaciones.

Casos como Venezuela ya transitan en lo insalvable y antidemocrático. De entrada, por determinación de la autoridad se ha descalificado a priori a diversos candidatos dándoles la calidad de inelegibles.

México tiene una cita con la historia al encumbrar a dos mujeres que compiten por la Presidencia de la República.

Y tanto aquí como en la totalidad de países los retos de la democracia los resumiría en honrar tres postulados: representatividad efectiva, legitimidad incuestionable y gobernabilidad acerada a favor del ciudadano. No regresiones ni tropiezos sino democracia sin adjetivos para todos.