LAS ELECCIONES ARGENTINAS: UN ESPEJO

“Hay una clara desilusión con lo que ocurrió en Argentina”.

Ignacio Anaya
Columnas
Elecciones Argentina

Las elecciones de Argentina y sus resultados dieron mucho de qué hablar aquí en México. Se trata de un país lejano en distancia, mas no en los debates que rondan por toda Latinoamérica entre la izquierda y la derecha. Muchos celebran la victoria del candidato de ultraderecha Javier Milei.

Parte de la retórica de estos grupos se sostiene en la idea de que el enemigo de la población es la clase política.

Asimismo, no está de más recordar que Milei se hizo famoso por su manera expresiva de insultar a las izquierdas en programas de televisión. Solo hay que escuchar las palabras del propio Milei: “Al zurdo no le puedes dar un milímetro porque te destroza; no se negocia con los zurdos”. Las amenazas del próximo presidente argentino dificultan la posibilidad, si es que la había, de negociaciones y reconciliación. El antagonismo parece asomarse con fuerza durante su administración.

Por otro lado, hay una clara desilusión con lo que ocurrió en Argentina.

Contexto

¿Por qué nos importa todo esto en México? Solo hay que observar las redes sociales para darse una idea. Quienes lo felicitan dicen mucho sobre su pensamiento político, social y económico, pero también proyectan sus futuros en otro país. Se avecinan elecciones donde las alternativas se terminarán reduciendo a dos escenarios: la continuidad o no de la Cuarta Transformación.

De lado de la izquierda surge, además de la desilusión y tristeza, un periodo de reflexión sobre el aumento de la ultraderecha en al menos tres aspectos: política, economía y sociedad.

Esta situación en Argentina resuena en México, donde se percibe una división. Los simpatizantes de Milei en México ven en su victoria un posible paralelismo con el futuro político mexicano, especialmente en el contexto de las próximas elecciones. Este fenómeno refleja cómo los eventos políticos en un país de Latinoamérica pueden influir en el discurso político de otro, a pesar de la distancia geográfica.

Por otro lado, hay una clara desilusión y preocupación entre aquellos que ven en Milei y su retórica un paso hacia un gobierno más intolerante y menos propenso al diálogo y la reconciliación.

Esto, a su vez, ha desencadenado un periodo de reflexión entre la izquierda, no solo en Argentina sino también en México, sobre el crecimiento de la ultraderecha y los panoramas que se avecinan.