El inicio de las consultas para la revisión del TMEC obliga a poner sobre la mesa la innegable necesidad por parte de Estados Unidos y México de que subsista: en los hechos, las formas y condiciones que se acordarán constituyen la gran incógnita a despejar.
Sin embargo, en general hay que considerar que a pesar de todos los inconvenientes la cercanía geográfica y su condición de socio comercial, así como por la intervención de factores internos estadunidenses, el presidente de Estados Unidos concede a México un tratamiento y una posición preferentes.
Es claro que Donald Trump está decidido a imponer, como lo ha hecho hasta el momento, sus condiciones, en tanto que México de alguna u otra forma paga el costo en los planos económico y social.
Pero la subsistencia del tratado comercial está garantizada, en principio, porque tiene tres décadas de vigencia, ya que inició como TLCAN en enero de 1994 y se transformó en el TMEC en 2020: hace más de 30 años el mundo, por lo que hace a la esfera económica, comenzó a experimentar un cambio sustancial, que en el caso de México tuvo sus inicios —de acuerdo a registros históricos— cuatro años antes, en 1990, por lo que hace a la relación comercial con Estados Unidos.
La conformación de grandes regiones económicas en el mundo dio paso, por ejemplo, a la creación de la entonces llamada Comunidad Económica Europea y el euro como moneda común.
Por otra parte, surgieron los denominados tigres asiáticos, con China a la cabeza, además de la influencia de los Emiratos Árabes Unidos, dos jugadores que al momento cuentan en el plano económico con peso y trascendencia especiales.
En general, el panorama económico global ha tenido en las últimas tres décadas un cambio abrupto, marcado por la acelerada evolución de las Tecnologías de la Información y el desarrollo tecnológico-científico, que apuntan hacia el dominio de las energías alternativas y un reacomodo del mapa geopolítico-económico global.
“Cuarto de junto”
Ante este panorama, desde el inicio de su segundo periodo presidencial Trump adopta un rol de gran negociador económico en el que su imposición de aranceles es fundamental. Un escenario del que hasta el momento México no escapa, aunque evidentemente ha obtenido un trato preferente, que al amparo de la renegociación el tratado comercial podría variar para ser aún más redituable para Estados Unidos.
También debe considerarse el planteamiento que llevaría a dejar de lado en la negociación a Canadá, a fin de mutar de un tratado trilateral a uno bilateral.
En el fondo, lo evidente es que las negociaciones formales iniciarán en el corto plazo y de manera especial, además del desarrollo de las consultas, resultará de vital importancia saber que se contará de nueva cuenta con un “cuarto de junto” y, por supuesto, su integración y alcances por lo que hace a los términos de las negociaciones que habrán de llevarse a cabo.
Al respecto, recientemente el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) señaló que el denominado coloquialmente “cuarto de junto” participará activamente en la revisión del TMEC.
En el plano formal destaca el hecho de que el “cuarto de junto” institucionalmente se denomina como Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI) y forma parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
En un comunicado el Comce señaló que “como parte del ‘cuarto de junto’, el mecanismo de consulta y acompañamiento donde participan representantes del sector privado para apoyar al gobierno en las negociaciones y revisiones comerciales internacionales, el organismo participará activamente en este proceso de consulta y revisión del TMEC”.
Ello añade mayor certeza sobre la evolución y permanencia del tratado comercial. Solo falta comenzar a apreciar el rumbo que toma, pero evidentemente las medidas adoptadas en torno de las importaciones procedentes de China empiezan a marcar parte del sendero a recorrer.
Por supuesto, rubros como el automotriz, el acero, el cobre, el comercio de ganado y de productos del campo son obligados e ineludibles por lo que hace a la tasa arancelaria.
La perinola de la negociación está en movimiento.