Cuando una pareja decide divorciarse todo empieza con un acuerdo, pero con el tiempo este se complica: surgen muchas variables y aunque ambas partes intentan llegar a un entendimiento la relación se tensa y la mediación se vuelve difícil.
Como en la música, toda negociación tiene un ritmo interno que solo los sabios saben escuchar. Entender cuándo avanzar, cuándo esperar y cuándo retirarse es esencial.
En política las negociaciones también cambian de ritmo, como sucede en los matrimonios que están por terminar.
México atraviesa un momento muy delicado con Estados Unidos. Es crucial que sepa negociar con rapidez, eficacia y al mismo ritmo que marca su vecino del norte, si quiere salir beneficiado.
La reciente decisión de Estados Unidos respecto de Irán sorprendió al mundo, aunque no al secretario norteamericano de Estado, Marco Rubio, ni al presidente estadunidense Donald Trump, quienes sabían perfectamente lo que iban a hacer. Luego de evaluar los riesgos, tomaron una decisión que nadie esperaba… y lo hicieron de forma casi inmediata.
Incluso especialistas en política exterior estadunidense se sorprendieron por la rapidez y la inteligencia con la que se actuó.
Previsión
México debe estar preparado para decisiones igual de sorpresivas, como la que se tomó precisamente el pasado miércoles en Estados Unidos, acusando a bancos e instituciones financieras mexicanas de presunto lavado de dinero.
Pueden venir más sorpresas y es mejor estar preparados. Cuando Estados Unidos toma decisiones, lo hace porque ya lo tiene todo medido y calculado. México debe actuar con la misma previsión, sin enredarse en falsos orgullos ni pretensiones irresponsables.
Seamos diligentes. Aprendamos a negociar para ganar, y también a perder ganando.