El cáncer de mama triple negativo (CMTN) constituye sin duda el subtipo de neoplasia mamaria más letal y con mayores retos terapéuticos en la oncología contemporánea. Se define por la ausencia de expresión de los tres marcadores moleculares esenciales: los receptores de estrógeno, los de progesterona y el receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2).
Esta triple negatividad imposibilita el uso de terapias hormonales y agentes biológicos dirigidos, confinando el tratamiento principalmente a la quimioterapia convencional.
Representando aproximadamente 15% de todos los casos, el CMTN exhibe un comportamiento biológico particularmente agresivo, afectando a mujeres más jóvenes y presentando un alto riesgo de metástasis a órganos vitales como el cerebro y el hígado.
En este contexto de urgencia médica y opciones limitadas, la investigación mexicana identificó una prometedora alternativa: el péptido sintético GK-1.
El desarrollo de GK-1 por las doctoras Edda Sciutto y Gladis Fragoso, investigadoras del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, surgió de un afortunado giro en la ciencia básica. La molécula fue originalmente aislada y caracterizada hace dos décadas en el marco de la investigación para una vacuna contra la cisticercosis; y diez años más tarde la experimentación reveló sus propiedades inesperadas: una potente actividad antitumoral, manifestada en la reducción del volumen tumoral, y un efecto antimetastásico significativo, al disminuir tanto las macro como las micrometástasis.
El éxito de GK-1 radica en su innovador mecanismo de acción, centrado en la inmunomodulación. Las células cancerosas no solo crecen descontroladamente, sino que además desarrollan sofisticados mecanismos para evadir la respuesta inmune del hospedero, induciendo un estado de inmunosupresión local que les permite prosperar.
Fases
El péptido GK-1 funciona como un potente agente terapéutico diseñado para desmantelar esta inhibición inmunológica. Al reactivar y potenciar la respuesta citotóxica del sistema inmune, la molécula permite que las defensas naturales del organismo reconozcan y eliminen la masa neoplásica, revirtiendo el secuestro inmunológico que caracteriza a los tumores agresivos.
La evidencia preclínica que respalda a GK-1 es notable por su solidez. Los estudios en modelos murinos han demostrado una alta eficacia terapéutica, acompañada de un perfil de seguridad excepcional. El péptido ha sido categóricamente confirmado como inocuo, sin toxicidad ni potencial mutagénico, y no se han detectado efectos colaterales negativos a nivel microscópico o macroscópico, incluso a concentraciones elevadas. Esta inocuidad es una ventaja crítica frente a la quimioterapia, cuyos efectos secundarios limitan la calidad de vida de los pacientes (como náusea, vómito y fatiga), o la inmunoterapia de punto de control, que puede desencadenar autoinmunidad.
Adicionalmente, una prueba de concepto en caninos con melanoma oral, un cáncer de mal pronóstico, ha confirmado la capacidad de GK-1 para prolongar la sobrevida de los animales sin generar efectos adversos, un dato que incrementa significativamente las expectativas para su aplicación humana.
La investigación de GK-1 ha trascendido el ámbito preclínico y avanza hacia la fase de medicina traslacional a través de un convenio estratégico con el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN). Bajo la supervisión de la doctora Claudia Arce Salinas se iniciará el protocolo clínico, marcando la primera vez que un desarrollo terapéutico mexicano con este mecanismo innovador es evaluado en humanos para este subtipo de cáncer. La investigación clínica se desarrollará en fases rigurosas: la Fase I se enfocará en determinar la dosis terapéutica óptima y evaluar la seguridad del fármaco; la Fase II valorará la respuesta del tumor y la correlación con la supervivencia del paciente; y la Fase III la comparará con los tratamientos estándar existentes.
Este desarrollo tiene no solo implicaciones terapéuticas, sino también una profunda relevancia en la salud pública y la soberanía tecnológica. La doctora Sciutto ha destacado el contraste de costos: mientras que las inmunoterapias de origen extranjero alcanzan valores prohibitivos para muchos pacientes, la molécula GK-1, al ser un desarrollo nacional, podría ser accesible por una fracción de ese costo.
De confirmarse su eficacia y seguridad en ensayos clínicos GK-1 no solo podría cambiar el mal pronóstico de pacientes con CMTN metastásico, sino también democratizar el acceso a tratamientos oncológicos de vanguardia en el sistema de salud mexicano.
El esfuerzo interdisciplinario que involucra a especialistas en química, patología y farmacia es un claro ejemplo del potencial científico del país para enfrentar los desafíos de salud más apremiantes.
Una amenaza global que castiga a México
El cáncer de mama tiene la capacidad de invadir tejidos propios de ese órgano, los aledaños (como los ganglios) y otros distantes, como el hígado, el pulmón o el hueso.
A nivel mundial es el tumor maligno con mayor incidencia y mortalidad en mujeres.
En México ocupa el primer lugar con 31 mil 43 nuevos casos y ocho mil 195 muertes en 2022.
Fuente: Global Cancer Observatory

