NUEVA INJERENCIA RUSA EN MÉXICO

“Es preciso levantar la voz”.

Rusia en México

El escándalo destapado por el New York Times sobre la difusión de propaganda rusa en México se suma a lo que ya sabíamos, gracias a Dolia Estévez, respecto del crecimiento del número de espías en la embajada de Rusia en México.

Esto parece una intriga sacada de El complot mongol, de Rafael Bernal, pero por desgracia es una situación real.

Lo extraño ha sido el silencio —fuera de los canales de Grupo Salinas— del resto de los medios de comunicación mexicanos. Como en los momentos más emblemáticos de la Guerra Fría durante el siglo pasado, México vuelve a ser escenario de la disputa geopolítica entre Rusia y Estados Unidos. La diferencia es que nunca como ahora el gobierno de México había coqueteado con los rusos; y además no existe un modelo económico alternativo al capitalismo.

Simplemente regresamos a la política de disputas por esferas de influencia en el mapamundi, como sucedió durante siglos, en forma descarada y ya sin justificaciones ideológicas. Y de manera similar al pasado, la lucha sucede a espaldas de los pueblos. Estos son la presa de la propaganda de ambos bandos, pero no participan ni son plenamente conscientes de cómo las élites definen su futuro en función de cuál bando escojan para alinearse.

El coqueteo mexicano con Rusia puede hacer inviable el proyecto de integración económica de América del Norte si pensamos en la revisión (¿renegociación?) del TMEC. No es poca cosa. El intercambio mexicano con Rusia es mínimo, por no decir nulo. ¿Morena se juega la sobrevivencia de la economía mexicana por el capricho de alinearse con Vladimir Putin? Los rusos aprovechan el sentimiento antiyanqui que se esparció durante décadas en las clases populares mexicanas, pero desde luego se omite el detalle de que la economía estadunidense ha sido históricamente el motor del crecimiento mexicano.

Intereses

México no se alineó con Estados Unidos por una mera afinidad ideológica sino porque es consistente con su interés económico y estratégico. Nada ganaríamos alineando nuestra política exterior (y doméstica) con Rusia, una potencia militar, pero una economía bastante menor y un país que a su vez se ha vuelto dependiente casi integralmente de China.

Los complejos y pasiones ideológicas de los militantes duros de Morena no se corresponden en ningún sentido con el interés nacional de México, por el contrario, lo ponen en riesgo. Es preciso levantar la voz desde los medios de comunicación, la academia, la sociedad civil, los partidos políticos y todos los espacios públicos posibles para defender la integración y alineación mexicana con Estados Unidos. El silencio le costará muy caro a esta y las próximas generaciones.

Primero, es indispensable denunciar la tentativa de alineación con Rusia, pues aun con el Estados Unidos trumpista no hay duda de que a México le conviene estar bajo el paraguas de seguridad norteamericano.

Segundo, es preciso exponer en todos los espacios los beneficios que le trae a México la integración con Estados Unidos.

Tercero, hay que dar la batalla continuamente contra la propaganda rusa en México, evidenciando que se trata de un país tan imperialista o más como los que supuestamente denuncia, pues Rusia tiene invadida a Ucrania sin ninguna justificación válida.

Nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y nietos. México puede aspirar a ser una nación capitalista desarrollada en la órbita norteamericana o un lacayo lejano e irrelevante para los rusos.

×