PUNTO DE INFLEXIÓN EN IRÁN

Guillermo Deloya
Columnas
IRÁN PUNTO DE INFLEXIÓN

Existen países que aún miran al pasado a efecto de conceder mandatos antidemocráticos y con bases místicas y moralizantes de férreos alcances. En el caso de Irán existe una muy particular situación que se agrava con el reciente fallecimiento de Ebrahim Raisi, quien fungía como presidente, pero que en muchas situaciones se supeditaba al mando de quien es considerado líder supremo e incuestionable: el ayatola Alí Jamenei.

Esta arquitectura de una denominada República Islámica se ha sostenido con palillos a lo largo de estos años; la crisis de legitimidad y soporte al régimen se ha agravado ante la percepción de que en vez de transitar hacia la democracia se está consolidando el absolutismo y la tiranía en un Irán envuelto en conflictos gigantescos.

La muerte de Raisi viene a dividir aún más al pueblo iraní. Muchos festinan con el fallecimiento; otros más, sumamente conservadores, propugnan por que se acelere una sucesión en el liderazgo supremo en favor del hijo de Jamenei.

Cabe señalar que Raisi se había perfilado como un sucesor natural para tal mandato, pero ahora una sucesión en línea de sangre sin duda vendrá a generar mayor descontento y a profundizar divisiones ya de por sí complicadas.

De entrada, Raisi era considerado un hombre de duro talante, apostado a la conservación de la coraza del islamismo en el mandato. Mancuerna ideal para una línea por igual endurecida por el ayatola, quien ahora tendrá que elegir para procurarle al país la conservación del statu quo y evitar de tal manera que se aliente la disidencia alineada a diversos intereses extranjeros. Así, al estar Irán en medio del conflicto bélico palestino-israelí, este puede ser un momento en el cual se defina el rumbo futuro de toda una región al tener como eje la sucesión y el acomodo político en Irán.

El siguiente paso será la convocatoria a las elecciones en un periodo de 50 días a efecto de investir al sucesor de Raisi. Actualmente Mohammad Mokhber, vicepresidente de Irán, asume el mandato de manera interina conforme está establecido en la propia Constitución de dicho país.

El perfil del sucesor tendrá que venir totalmente aceptado por el ayatola, quien ante su avanzada edad o coloca en la presidencia a alguien que, como lo era Raisi, venga a perfilarse para convertirse en líder supremo, o a alguien más manejable como presidente y fortalece a su hijo Mojtaba para sucederlo como ayatola.

Y desde los perfiles tendrán que definirse políticas, posturas y acciones.

Escenario

Irán se plantea cada vez con más firmeza como un protagonista estratégico en el conflicto de Oriente Medio. En primer término, es el principal soporte de Hezbollah, a quien proporciona apoyo económico y militar para bombardear con asiduidad a Israel. Por otra parte, se ha convertido en un fuerte alentador de movimientos catalogados de terroristas como se ha considerado a Hamás y a los huitíes de Yemen.

Además, y por si fuera poco, aún están sangrantes las heridas de uno y otro lado derivadas de los ataques con drones del pasado 13 de abril, así como el ataque a la sede diplomática en Damasco. Una decisión poco calculada podría conflagrar todavía más la Franja de Gaza y sus alrededores.

Pero tendremos que estar muy pendientes, ya que en la estrategia bélica israelí bien podría estar prevista la posibilidad de un ataque ante una aparente situación de vulnerabilidad interna del país. Este es quizás el momento más propicio para endurecer la ofensiva hacia aquellos que se han considerado como piedra angular del conflicto regional.

Asimismo, es previsible que en aras de generar una estabilidad por medios de control interno las restricciones de la República Islámica iraní vayan a incrementarse notoriamente hacia la población. Sabemos, tal cual lo hemos precisado, que el ambiente social en Irán se encuentra sumamente tenso y dividido. Mayores restricciones y mayor represión se significarán en mayor descontento.

Un escenario de crisis interna puede dejar expuesto a un régimen ante la comunidad internacional y provocar o acelerar una mayor intervención en pro de los derechos humanos y la protección a civiles. ¿Qué seguirá en esta ruta tan intrincada?