JD VANCE, EL DURO DE LA PELÍCULA

VICEPRESIDENTE EU
Columnas
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Después de un enorme revuelo alrededor del atentado al expresidente Donald Trump finalmente las aguas tomaron su nivel y se concretó lo que se visualizaba como inevitable: hoy es formalmente el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.

Y esta candidatura reviste un especial y peculiar interés entre los ciudadanos estadunidenses: estamos en medio de un proceso electoral que, como pocas veces, ha dividido la opinión entre votantes y a su vez ha propiciado una polarización que se torna peligrosa. Tan complicado ha sido ese divisionismo, que el propio atentado, al menos hasta el momento, apunta a que ocurre en razón de un fanatismo divisorio entre los propios norteamericanos.

Pero si pudiéramos concebir este episodio de la historia como un guion perfectamente pautado, Trump se ha convertido en una especie de protagonista revestido de invencible quien, teniendo ese perfil de fortaleza, no podría menos que acompañarse en la fórmula para vicepresidente de quien también proyecta dureza infranqueable en un momento donde los ciudadanos se quejan de tibiezas y nulos resultados. Y JD Vance, el entonces acérrimo crítico de Trump, irónicamente ahora lo acompañará en la boleta electoral.

Senador por Ohio, exmarine combatiente en Irak y educado con títulos universitarios, parecería que Vance cumple con un perfil que genera aspiración y confianza en un ala dura del electorado que aún elogia posturas mucho más radicales y en empatía con el personaje de un “all american patriot”.

Sin que las duras críticas hacia Trump hayan hecho mella en la relación, JD se convirtió en un real aliado del entonces presidente al apoyar la totalidad de sus iniciativas desde el Capitolio. Impregnado de un conservadurismo sólido, ha sido incluso considerado como una voz de liderazgo en organizaciones como la Heritage Foundation y se le identifica como un férreo defensor de posturas polémicas como la relativa al aborto, sobre la cual Vance está absolutamente en contra. También la relativa a la política exterior norteamericana, donde el postulado a vicepresidente rechaza el intervencionismo extranjero y en general en lo que hace al renacimiento e impulso de los “american values” o los fundamentos de comportamiento y convivencia que rememoran tiempos de identidad positiva entre las familias y la sociedad estadunidense.

Apuesta

Pero estimo que la selección de Vance como candidato a vicepresidente va mucho más allá. Vitalizado por una juventud de los tardíos 30 y conocedor del estilo de Trump, seguramente será un factor inigualable para poner en tierra la visión de este y poder implementar en logística y realización efectiva muchos de los planes que se quedan en la retórica del discurso de un candidato y expresidente que, por igual, varios sectores consideran que habla mucho y concreta poco.

Y el perfil de JD da para mucho más aún; puede ser un polo de atracción efectiva para votantes católicos y evangélicos que empatan en la idea conservadora. Además, la estrategia de Trump pretende captar a los estados industrializados ubicados en el medio este norteamericano. Ahí es donde Vance, proveniente de Ohio e hijo de padre obrero, encaja a la perfección con aquellos que se ven reflejados por igual en el pensamiento que se plasmó en el libro Hillbilly Elegy, donde se ensalza su educación obrera y su visión de esfuerzo, que sin duda terminarán por hacer sentido positivo entre votantes de estados como Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Minesota y, por supuesto, Ohio.

Por otra parte, JD Vance es una apuesta que apuntala fuertemente el diálogo que ha movido fibras entre los norteamericanos y se resume en la frase “America first”. Una postura con tintes proteccionistas que, sobre todo en la política exterior, no deja espacio para apoyos multimillonarios hacia causas extranjeras, ni siquiera en escenarios bélicos como es el caso actualmente de Ucrania. Vance abiertamente ha criticado la excesiva dependencia de EUrespecto de Europa y no hay duda de que su postura constituye un vistazo a futuro del viraje que tendría Trump hacia quienes hoy son aliados demócratas más allá de sus fronteras. Para ellos habrá dureza; basta recordar los aranceles al acero y al aluminio que Vance, quien es un perfecto duro en esta película, también sostendrá sin duda.

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