FRANKENSTEIN, LA CRIATURA QUE NACIÓ DEL DUELO

Frankenstein
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Guillermo del Toro llevaba 30 años soñando con esta película. Lo notable es que Frankenstein no se siente como un capricho postergado sino como una obra que necesitaba tiempo para madurar. El director toma la novela de Mary Shelley como espejo y la mueve hacia el terreno emocional que más le interesa: la herida entre padres e hijos, ese vínculo donde el amor y la furia conviven como electricidad bajo la piel.

La historia comienza cerca del final del libro, en el Ártico, con creador y criatura perdidos entre hielo y resentimiento. Desde ahí, Del Toro retrocede para reconstruir la tragedia. Victor Frankenstein (Oscar Isaac), brillante y obsesivo, cree haber logrado el milagro que burlará a la muerte. Su criatura, interpretada con una sensibilidad casi insoportable por Jacob Elordi, despierta en un mundo hostil: brutalidad, silencio, incomprensión. Lo que descubre cuando aprende a hablar y a leer no es libertad sino la certeza de ser un ser rechazado desde su primer aliento.

Del Toro filma este dolor como un largo lamento gótico. Su uso del rojo y el negro, las texturas del cuerpo ensamblado, los trajes que parecen reflejos orgánicos de la criatura, componen un universo donde la belleza siempre roza lo monstruoso. Christoph Waltz aporta una nota de humanidad quebrada como mentor ambiguo, y Mia Goth encarna a Elizabeth con una delicadeza mórbida que parece anunciar la desgracia.

Aunque el director dialoga con James Whale y con la tradición del cine de monstruos, nunca se limita a recrear. Su Frankenstein es íntimo. Habla de la rabia filial, de la torpeza de los padres, del terror de ver a un hijo convertirse en alguien que ya no controlas. Y al mismo tiempo habla del amor: ese que exige presencia, incluso en los actos más mínimos, como afinar un auto o escuchar un nombre repetido con desesperación.

El tamaño emocional de la película pide una sala oscura y una pantalla enorme. No solo por la escala visual sino porque su historia vibra como una catedral que se siente más grande que sus personajes. Del Toro entiende que la ficción puede sostener lo que en la vida duele mirar de frente: la fragilidad de los vínculos, lo que se rompe cuando no estamos, lo que permanece cuando ya no podemos reparar nada.

Frankenstein no es un sueño hecho realidad. Es el legado de un artista que sabe que el tiempo es finito y que, aun así, elige construir algo destinado a durar.

En breve

Título: Frankenstein

Dirección: Guillermo del Toro.

Elenco: Oscar Isaac, Jacob Elordi, Christoph Waltz, Mia Goth.

Lo más destacado: Una adaptación monumental que devuelve al monstruo su corazón; Jacob Elordi conmueve con una criatura lúcida, vulnerable y feroz; diseño visual que transforma el horror en belleza gótica; Del Toro convierte el mito en un relato íntimo sobre padres e hijos.

Veredicto: Un relato oscuro y conmovedor, donde la monstruosidad nace del abandono y la salvación depende de aprender a mirar con amor.

Dónde verla: Netflix.

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