Mike Flanagan, conocido por sus adaptaciones de Doctor Sueño y Gerald’s Game, vuelve a la obra de Stephen King con La vida de Chuck, pero esta vez se aleja del terror para abrazar un relato de misterio.
Con base en la novela corta homónima de 2020 la cinta propone un viaje narrado en tres movimientos —más que actos— en orden inverso, como una sinfonía que revela quién es este hombre en anuncios y pantallas con el mensaje: “¡39 años maravillosos! Gracias, Chuck”.
El primer movimiento transcurre en un mundo en colapso: internet y electricidad desaparecen, terremotos desgarran la costa californiana y la sensación de fin se extiende. En medio del caos, Marty (Chiwetel Ejiofor) y Felicia (Karen Gillan), antiguos esposos, mantienen una amistad.
La aparición omnipresente de Chuck (Tom Hiddleston), un hombre desconocido, se convierte en un enigma. El tono mezcla lo apocalíptico con lo íntimo.
En el segundo movimiento el mundo parece intacto y Chuck camina por una plaza hasta detenerse frente a una baterista callejera (The Pocket Queen). Lo que sigue es un momento de puro gozo: un baile improvisado luminoso que conecta con Janice (Annalise Basso), una desconocida recién abandonada. La secuencia funciona como un respiro antes de que el espectador ate cabos: La vida de Chuck está hecha de decisiones que pueden cambiarlo todo, de instantes que definen una vida entera.
El tercer movimiento muestra la infancia y adolescencia de Chuck, criado por sus abuelos (Mia Sara y Mark Hamill) en un hogar modesto. Aquí se revelan su origen y amor por el baile. Flanagan introduce elementos de drama de iniciación y toques de historia de fantasmas, con la idea de que cada vida es un mundo. La estructura fragmentada recuerda a Toto le héros (1991) o 32 cortos sobre Glenn Gould (1993) y ecos de Qué bello es vivir (1946) o Amélie (2001).
El guion, fiel al material original, por momentos pierde ligereza, acentuado por la narración en off excesiva de Nick Offerman. El reparto imprime humanidad: Ejiofor aporta serenidad y empatía, Gillan transmite con silencios y Hiddleston, aunque en la parte central, deja una huella digna.
Al final, La vida de Chuck no busca respuestas absolutas sino recordarnos que cada instante es irrepetible y que el sentido de una vida quizás esté en gestos que permanecen.
EN BREVE
Título: La vida de Chuck.
Dirección y guion: Mike Flanagan.
Protagonistas: Tom Hiddleston, Chiwetel Ejiofor, Karen Gillan, Mia Sara, Mark Hamill, Annalise Basso.
Lo más destacado: Tres movimientos en orden inverso que revelan un misterio; una secuencia de baile que es el corazón emocional del filme; elenco que transmite calidez sin caer en sentimentalismo; fusión de drama personal, toques fantásticos y atmósfera apocalíptica.
Veredicto Una historia luminosa y melancólica que recuerda que cada instante cuenta, incluso cuando el mundo parece acabarse.