LA HISTORIA OFICIAL Y LA MEMORIA: LAS DOS CARAS DEL EJÉRCITO MEXICANO

“Un contexto de transformaciones sociales aceleradas”.

Ignacio Anaya
Columnas
FUERZAS ARMADAS

El Ejército asume por su cuenta una supuesta tradición militar que abarca desde la época prehispánica hasta la actualidad. La insurgencia en el periodo de independencia y la conformación del Ejército de las Tres Garantías fueron dándole forma a unas Fuerzas Armadas pertenecientes a un territorio soberano, aunque este comenzara siendo un imperio.

Resulta difícil hablar de un solo Ejército Mexicano, ya que durante la Reforma y desde los cuartelazos anteriores se vieron envueltos en luchas a morir los ejércitos de diversos bandos.

Los relevantes para la historia fueron aquellos que defendieron la soberanía nacional contra las invasiones extranjeras, como la Guerra de los Pasteles, la invasión estadunidense en México y, la más importante dentro de este plano, la segunda intervención francesa.

A aquellos que apoyaron la imposición de un monarca europeo se les consideró traidores; pero, igualmente, contaron con su propio ejército y una estructura militar. A finales del siglo XIX y principios del XX se tuvo al Ejército Federal, que fue derrotado por los revolucionarios, hasta que con la Constitución de 1917 comenzó la reorganización y modernización de las fuerzas militares. A esto le siguió un proceso que duró hasta la década de 1940 para convertirlo en el actual Ejército Mexicano. A esta última década se le debe el actual servicio militar.

Desde los siglos XIX y XX, a pesar de hacer una enorme generalización, se puede dividir al Ejército Mexicano en dos: el primero corresponde al que, ayudado por la historia oficial, se exalta con objetivos nacionalistas; de ahí salen historias como la de los famosos Niños Héroes. Son unas fuerzas militares que suelen ser vistas con orgullo por la población en general, puesto que defendieron a la nación de invasiones extranjeras y traidores; nuevamente recalcando que esta cuenta con un enorme apoyo por parte de la historia oficial.

Circunstancias

El Porfiriato y la Revolución serían periodos de transición entre estas dos visiones. La segunda división se encuentra en un ámbito diferente. Es aquel por el cual gran parte de la población protesta sus acciones de represión. Es el que la ciudadanía conserva en su memoria colectiva después de ciertos actos que quedan impunes. Ese que solamente ha enfrentado a civiles desde su conformación.

Aquel que muchas y muchos ya no quieren ver en las calles y del que la militarización es una de las preocupaciones constantes.

Es cierto: en términos militares existe una larga historia de ejércitos que han pasado y se han desvanecido. No es una tradición, ni mucho menos parte de la cultura mexicana, por más que nuestro himno así lo diga.

Cada sociedad exige cambios y transformaciones, la de ahora se aleja de un aspecto militar que desde 2006 se instaló en la cotidianidad mexicana, mas no ha encontrado su fin.

En los últimos años la creciente participación militar en la sociedad mexicana ha despertado preocupación y rechazo en amplios sectores de la población, que exigen un cambio de rumbo. Es evidente que la tradición militar no forma parte inherente de la cultura mexicana, sino que responde a circunstancias históricas específicas. En un contexto de transformaciones sociales aceleradas, resulta necesario repensar el papel del Ejército Mexicano y su relación con la ciudadanía.