DE URNAS A DICTADURAS

“También en EU hemos visto un régimen autoritario que procede de las urnas”.

Dictadura
Sergio Sarmiento
Columnas
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Es falso que el voto fortalezca siempre a las democracias. La historia nos ha demostrado muchas veces que la voluntad popular expresada en las urnas puede llevar a la dictadura. Desde Julio César en la Roma del siglo I a.C. hasta Benito Mussolini o Hugo Chávez en el siglo XX tenemos numerosos ejemplos de quienes utilizaron las elecciones democráticas para construir regímenes autoritarios.

Joseph Goebbels, el propagandista del líder nacionalsocialista germano Adolf Hitler, quien también llegó al poder por el voto popular, lo explicó con mucha claridad: “Siempre será uno de los mejores chistes de la democracia que proporcionó a sus enemigos letales los medios para destruirla” (Richard Evans, The Coming of the Third Reich).

En estos tiempos del populismo lo vemos con gran claridad. Daniel Ortega luchó contra la dictadura de la familia Somoza en la Nicaragua de la década de 1970; fue presidente democrático de 1985 a 1990; y aceptó dejar el poder a una presidenta de oposición, Violeta Chamorro. Sin embargo, luego de ser electo nuevamente en 2007 ha encabezado un gobierno que de autoritario ha pasado a convertirse en una dictadura demencial.

En México hemos vivido una situación quizá menos dramática, pero igualmente negativa. Andrés Manuel López Obrador, quien como presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de 1997 a 1999 apoyó la democratización del país, después de siete décadas de un régimen de partido hegemónico ganó la presidencia en las elecciones de 2018, en su tercer intento. Sin embargo, en lugar de fortalecer las instituciones de la democracia procedió a desmantelarlas. Eliminó, entre otros, los organismos que garantizaban la transparencia en el gasto gubernamental, la libre competencia y la evaluación de los programas gubernamentales. Además, cooptó a las instituciones que juzgaban los procesos electorales y barrió al Poder Judicial por el delito de salir con el cuento de que la ley es la ley. Su sucesora ha completado el trabajo para concentrar todos los poderes de la nación en el Ejecutivo y en un nuevo partido hegemónico, Morena.

Abusos

También en Estados Unidos hemos visto un régimen autoritario que procede de las urnas. Donald Trump ya había sido presidente de 2017 a 2021. El 6 de enero de 2021, sin embargo, azuzó desde la Casa Blanca a una turba para realizar un ataque sobre el Capitolio, la sede del Congreso, similar a la marcha sobre Roma de Mussolini de 1922. El objetivo era impedir que los legisladores ratificaran el triunfo electoral de su rival, Joe Biden, y así mantenerse ilegalmente en la presidencia. Si bien sus esfuerzos de dar ese golpe fueron derrotados y él mismo fue consignado en varios juicios penales por sus acciones, ganó las elecciones de 2024 para asumir nuevamente la presidencia el 20 de enero de 2025.

Desde entonces su gobierno ha repartido amenazas a enemigos y aliados y ha aplicado medidas, como aranceles altísimos, que han hecho un daño enorme a la economía. También ha enviado tropas a la ciudad de Los Ángeles para reprimir protestas surgidas por las redadas contra inmigrantes indocumentados que ha ordenado.

Pese a lo que dice la presidenta Claudia Sheinbaum, que México se ha convertido “en el país más democrático sobre la faz de la Tierra” por la elección popular de juzgadores, los votos no legitiman los abusos del poder. Mussolini, Hitler y Chávez fueron respaldados por el sufragio popular, pero eso no justifica los abusos que cometieron.

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