Las próximas elecciones de 2024 serán muy diferentes al resto de las justas electorales que históricamente se han realizado en México.
En esta ocasión erradicar la violencia contra las mujeres en razón de genero será una prioridad. Esto gracias a la Ley 3 de 3 contra la violencia que entró en vigor apenas hace unas semanas, el 29 de mayo para ser exactos.
¿De qué se trata este cambio a nuestra legislación? ¿Qué es la 3 de 3 contra la violencia? Básicamente ninguna persona agresora sexual, deudora de pensión alimenticia o que ejerza violencia familiar podrá ser registrada como candidata o candidato para ocupar un cargo de elección popular.
Esto quiere decir que quien cometa cualquier tipo de violencia contra las mujeres en razón de género tendrá repercusiones rumbo a las elecciones del 2024.
La Ley 3 de 3 contra la violencia es una realidad y debe entenderse claramente. Urgen este tipo de medidas para visibilizar la violencia contra las mujeres en un país donde todos los días once, al menos, son asesinadas. También es importante que se aplique la Ley 3 de 3 contra la violencia para que además de identificar a las personas agresoras, finalmente se logren inhibir estas conductas.
Esta reforma a los artículos 38 y 102 de nuestra Constitución, la Ley 3 de 3 contra la violencia, es una medida histórica, un acto de justicia social. Recordemos que se trató de una iniciativa ciudadana, que bajo el lema Ningún agresor de mujeres en el poder se colocó como un tema relevante a nivel nacional. Ninguna persona violentadora de mujeres o deudora alimentaria, podrá ocupar un cargo de elección popular, no podrán estar en la boleta electoral.
Hay un antes y un después de esta reforma, al menos en el papel. Ahora como ciudadanos debemos ser vigilantes, escrupulosos con los antecedentes de quienes aspiren a ocupar un cargo de elección popular. Siempre existe el riesgo de que las leyes se conviertan en letra muerta, que no se cumplan. Ya veremos.
Elecciones sin discriminación
Se acercan los tiempos electorales, un tema que le interesa a millones de mexicanos. De hecho, más de 95 millones de personas conformarán la lista nominal el próximo año, es decir, podrán ir a votar. Sin embargo, somos una sociedad tan diversa que es importante hablar de elecciones sin discriminación.
Reforma tras reforma, México ha diseñado un andamiaje electoral que, en teoría, garantiza inclusión e igualdad en nuestra democracia. Debemos entender elecciones sin discriminación desde dos enfoques: participar como candidata o candidato en igualdad de condiciones y, por otro lado, como sociedad votar en igualdad.
Las minorías enfrentan discriminación estructural y sistemática históricamente para ejercer sus derechos político electorales. Me refiero a mujeres, personas mayores, población indígena y personas con discapacidad, integrantes de la comunidad LGBT+, etcétera.
Hoy contamos con acciones afirmativas para que los grupos minoritarios puedan acceder a cargos de elección popular y sean representados. Pero además de impulsar la igualdad de condiciones para lograr un cargo de elección popular, es importante que la sociedad logre igualdad en el momento de realizar ese acto tan importante para nuestra democracia que es ir a votar.
A nadie le deberán impedir que participe, así tenga una discapacidad física o motriz, auditiva, visual, intelectual o sicosocial. Las personas con discapacidad, incluso podrán ser funcionarias de casilla. Para las personas transgénero hay un protocolo que asegura que pueden votar sin ser discriminadas.
Recordemos que la igualdad y la no discriminación son fundamentales rumbo al proceso electoral del 2024.