EL LINCHAMIENTO DE LOS HERMANOS DE WITT

“Un episodio oscuro en la historia de los Países Bajos”.

Hermanos Witt
Columnas
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El linchamiento de Johan y Cornelis de Witt, ocurrido el 20 de agosto de 1672, es un episodio oscuro en la historia de los Países Bajos. La violencia extrema que marcó este acontecimiento, que hasta la fecha suele sonar de vez en cuando en la historia de tal territorio, reflejó las profundas tensiones políticas y sociales del periodo.

Johan de Witt, Gran Pensionario y figura clave del poder político republicano neerlandés desde 1653, había promovido una visión política contraria a la concentración del poder en manos de la Casa de Orange, tradicionalmente representada por el cargo de estatúder.

Su posición, junto con la de sus seguidores conocidos como estadistas o loevesteiners, generó un fuerte antagonismo con los orangistas, partidarios de Guillermo III, príncipe heredero de Orange.

La crisis conocida como Rampjaar (Año del Desastre) en 1672, causada por la invasión conjunta de Francia, Inglaterra y principados alemanes, intensificó las divisiones internas. La propaganda orangista acusó a De Witt y a sus aliados de traición, culpándolos directamente de los fracasos militares que padecían las Provincias Unidas.

En medio de esta atmósfera explosiva Cornelis de Witt, hermano de Johan, fue acusado falsamente de conspirar contra Guillermo III. Esta acusación, con base en el testimonio cuestionable de Willem Tichelaer, un personaje de dudosa reputación, llevó al encarcelamiento de Cornelis en la prisión del Gevangenpoort en La Haya.

Violencia colectiva

El 20 de agosto Johan visitó a su hermano en prisión, sin saber que ambos se convertirían en víctimas de un violento acto orquestado por figuras prominentes del círculo orangista, incluyendo a Cornelis Tromp, Johan Kievit, Zuylestein y Odijck, quienes buscaron aprovechar la crisis para eliminar definitivamente a sus rivales políticos. Una multitud organizada y agitada, liderada por el platero Hendrick Verhoeff, irrumpió en la prisión y arrastró a los hermanos a la calle, sometiéndolos a un linchamiento público de extrema crueldad.

Johan de Witt fue asesinado de un disparo en la cabeza y recibió múltiples puñaladas, mientras que Cornelis fue golpeado hasta la muerte. Los cuerpos fueron exhibidos, colgados y mutilados públicamente. Diversas fuentes indican incluso actos macabros en los que los perpetradores se llevaron partes de los cuerpos como trofeos e incluso se corrió el rumor de actos de canibalismo.

Este episodio contó con la aparente complicidad indirecta de Guillermo III, quien luego del hecho protegió y recompensó a los implicados con beneficios políticos y económicos. Willem Tichelaer recibió una pensión considerable, mientras que Hendrick Verhoeff también obtuvo protección y privilegios oficiales.

Por más exitoso que sea uno en la política siempre habrá alguien (a veces usando a las propias masas) que busque hacerle un mal. El linchamiento de los hermanos De Witt representa un claro ejemplo del poder destructivo de la violencia colectiva y la manipulación política.

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