MINIMANUAL DE ESCRITURA (2)

“Tampoco hay que abusar de los recursos literarios”.

Mónica Soto Icaza
Columnas
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Escribir rico, seductor, es mucho más emocionante para quien crea y para quien lee. Además, buscar maneras más interesantes de decir es el inicio del hambre creativa. No basta contentarse con contar, hay que hacerlo de la manera más original posible: así, al mismo tiempo irás en la búsqueda de tu propio estilo, de la voz propia de tus personajes.

Sí, sí, sé que suena lindo y quizás incomprensible y por eso hoy te traigo algunos ejemplos. Aquí debo indicar que tampoco hay que abusar de los recursos literarios para que sigan funcionando: la segunda vez que escuchas el chiste la carcajada se convierte en risa.

Ejemplo 1 De La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes: no es lo mismo decir “Tengo la boca llena de centavos viejos”, que tu boca tiene sabor a sangre.

Ejemplo 2 De La Esposa joven, de Alessandro Baricco: no es lo mismo decir “(La hija) mantenía una mano como un caparazón sobre el vientre, y buscaba con los dedos. La Esposa joven se preguntó dónde había visto ese gesto y era tan nueva ante lo que estaba descubriendo que al final se acordó, y fue el dedo de su madre que buscaba en una caja de botones uno pequeño de madreperla que había guardado para los puños de la única camisa de su marido”, que la hija se masturbó enfrente de la Esposa joven.

Ejemplo 3 De El hombre que fue jueves, de G. K. Chesterton: no es lo mismo decir “Y decapitó una florecilla con el bastón”, que golpeó la hierba con el bastón.

Ejemplo 4 De Los nombres del aire, de Alberto Ruy Sánchez: no es lo mismo “Sus dedos suben y bajan todas las espirales del cuerpo con los otros dedos que la recorren por dentro. Ambos se reconocen a través de la piel como dos puntas de alfileres encendidos que recorren las dos superficies de una tela y donde se encuentran queman”, que el contacto de los dedos con la piel cada vez la excitaba más.

Ejemplo 5 De Sobre los huesos de los muertos, de Olga Tokarczuk: no es lo mismo “Con la edad, muchos hombres caen en cierto autismo testosterónico que se manifiesta en una lenta pérdida de la inteligencia social y de la capacidad para comunicarse con las otras personas, lo cual afecta también la capacidad de formular pensamientos”, que cuando envejecen los hombres se van haciendo más antisociales y ya no se les entiende nada.

Ejemplo 6 De La belleza del marido, de Anne Carson: no es lo mismo “Sus cartas, convengamos, eran altamente poéticas. Caían en mi vida como polen y la tintaban”, que sus cartas eliminaban la monotonía de mi vida.

Ejemplo 7 De Inmaculada o los placeres de la inocencia, de Juan García Ponce: no es lo mismo “Resultaba seria e infantil al mismo tiempo, contradictoriamente dueña de sí misma en medio de su total irracionalidad, de pie frente a ellos, como los árboles el parque de atrás”, que ellos no entendían a Inmaculada.

Ejemplo 8 De Money Shot, de Christa Faust: no es lo mismo “Las filmaciones con Hammer nunca se sintieron como trabajo. Eran más parecidas a enormes y felices barbacoas de domingo donde sucedía que se grababa a gente teniendo sexo”, que las filmaciones con Hammer eran muy agradables.

Ejemplo 9 De Extrañas, de Guillermo Arriaga: no es lo mismo “Donde se para una mosca, se paran varias”, que la gente atrae a más gente.

Ejemplo 10 De Estoy mucho mejor, de David Foenkinos: no es lo mismo “Hacía tiempo que no había experimentado una sensación tan agobiante. Era a la vez un ascensor, un avión y mi madre”. ¿Se necesita mayor explicación?

Por cierto, recomiendo ampliamente todos los libros anteriores.

Hasta la próxima.